Barcelona.- Los peritos que efectuaron la autopsia al bebé fallecido en Santa Susanna (Barcelona) en 2006 han certificado hoy que el bebé nació vivo y que murió de forma "violenta por una asfixia por sumersión en agua dulce", que le provocó una insuficiencia respiratoria.
Los hechos ocurrieron la mañana del día 24 de julio de 2006 cuando la acusada, Katrien H., decidió parir sola en la bañera de la habitación del Aparthotel Marítim de Santa Susanna en el que se hospedaba con su marido y tres hijos menores de edad, sin ayuda de nadie y ocultando a su marido tanto el embarazo como el parto.
Un juzgado popular juzga desde el pasado 16 de septiembre en la Audiencia de Barcelona a Katrien H., quien asegura que el bebé nació muerto y que fruto de un "ataque de pánico" decidió no avisar a nadie e introducir el cuerpo del bebé fallecido en una bolsa que dejó en el baño de la habitación y que fue recogida posteriormente por unas empleadas de la limpieza, que descubrieron lo sucedido.
En la sesión de hoy, los peritos que efectuaron la autopsia del fallecido han asegurado que la presencia de "hongos de espuma" en la nariz y de diatomeas -algas unicelulares que viven en agua dulce- en los pulmones y el esternón del bebé certifican un "peso significativo de agua" en el cuerpo del fallecido.
Los peritos han llegado a esta hipótesis como la causa de la muerte tras descartar otras posibilidades, como la estrangulación del cuello, la consecuencia de enfermedades patológicas, la presencia de elementos tóxicos en el cuerpo o la falta de oxígeno en el nacimiento.
Asimismo, sus inspecciones certifican la presencia de aire en los pulmones y el estómago del bebé, y que éste vivió al menos dos horas, aunque sin poder determinar un período exacto.
En cambio, un equipo de biólogas que analizó posteriormente los resultados de la autopsia a petición de la defensa de la acusada, han puesto en entredicho la fiabilidad de estas pruebas y han afirmado que el bebé murió al cabo de quince minutos de su nacimiento de forma natural por la falta de asistencia en el parto.
Por otra parte, los peritos han asegurado que la salud mental de la acusada no sufre "ningún tipo" de anomalía psíquica.
Tras finalizar el interrogatorio a los testigos, la fiscalía ha rebajado sus calificaciones definitivas a diecisiete años y seis meses de prisión para la acusada -en las provisionales pedía una pena de veinte años- y ha mantenido el sobreseimiento provisional para su marido.
La defensa, por su parte, ha mantenido la presunción de inocencia de la acusada en este caso, cuyo veredicto podría anunciar mañana el jurado.
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