Caracas.- El gobernador del estado venezolano del Zulia, el opositor Pablo Pérez, desmintió hoy los vínculos con paramilitares de Colombia que le atribuyó el vicepresidente de su país, Ramón Carrizález.
Lo dicho esta semana por el vicepresidente en una entrevista con el diario estatal El Correo del Orinoco no pasa de ser una "declaración irresponsable", dijo Pérez a la emisora privada caraqueña Unión Radio.
Carrizález afirmó que Pablo Pérez y César Pérez, éste último gobernador también opositor del estado de Táchira, asimismo fronterizo con Colombia, "han viajado frecuentemente" a ese país "para hacer acuerdos y traer paramilitares que siembren zozobra y violencia" en Venezuela.
Con este tipo de denuncias, añadió el jefe del gobierno regional del Zulia, el Gobierno de Hugo Chávez persiste en su afán de "intentar criminalizar a quien opine distinto", subrayó.
El desmentido se produce un día después de que Alberto Castelar, diputado a la Asamblea Nacional (AN) del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de Chávez, anunciara que allí se investigará la denuncia de Carrizález y también otra en el mismo sentido efectuada esta misma semana por un ex jefe policial colombiano.
La denuncia de Rafael García, ex jefe de informática del DAS, el servicio de inteligencia colombiano, apunta a que el Gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe, auspició hace unos años "toda una conspiración" contra Chávez.
Según García, el plan era derrocar y asesinar a Chávez y de la conspiración también hacían parte, entre otros, el ex director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) Jorge Noguera, preso por sus presuntos nexos con paramilitares.
La conspiración era supuestamente "estimulada por el ex ministro (del Interior) Fernando Londoño", y en ella participaron además personas de Venezuela, como ganaderos de la zona fronteriza, dijo García.
Recordó que Rafael Alonso, hermano de la cantante y actriz cubano-venezolana María Conchita Alonso, recibió en su finca próxima a Caracas una avanzada de 70 paramilitares que fueron capturados por las autoridades venezolanas en mayo de 2005 y que posteriormente fueron amnistiados por Chávez.
"Los más preocupante es la participación de sectores oposicionistas vinculados a esos grupos paramilitares, que vendrían actuando en los estados Zulia y Táchira, entre otros", dijo Castelar.
El asunto del paramilitarismo colombiano en territorio venezolano irrumpe en momentos en que las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambas naciones están "congeladas" desde el pasado 28 de julio.
Chávez metió en el congelador ese día las relaciones bilaterales en respuesta a una negada denuncia del Gobierno de Uribe sobre un supuesto desvío de armas venezolanas a la guerrilla colombiana.
Posteriormente, el gobernante venezolano dijo que se preparaba para la ruptura formal, tras considerar una "declaración de guerra" un convenio militar acordado por Bogotá y Washington.
Ese acuerdo, que prevé el uso de bases colombianas por parte de militares estadounidenses, constituye una "amenaza" para la "revolución" socialista venezolana, ha argumentado Chávez.
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