Pekín.- Las autoridades chinas tienen previsto derribar el centro comercial que la empresaria y disidente uigur Rebiya Kadeer -a quien culpan de haber instigado las actuales revueltas étnicas entre su etnia y la china han- tenía en Urumqi, capital de la región occidental china de Xinjiang.
La decisión, según indica hoy el diario "South China Morning Post", puede provocar la ira entre los uigures y, por tanto, disparar nuevos disturbios, que vendrían a añadirse a los que se producen desde el 5 de julio, que han dejado más de 200 muertos y miles de heridos en Urumqi.
Según informa hoy la agencia local de noticias Xinhua, la demolición del "Rebiya Trade Center", compuesto de tres edificios, se llevará a cabo "por razones de seguridad".
Las autoridades locales aseguran que el edificio presenta grietas en los muros e inseguridad en los cimientos.
Aunque la fecha de demolición no ha sido decidida aún, los vendedores del centro comercial recibieron el 22 de julio una circular informando de ella por parte de Akada Industry and Trade Company, la firma propietaria.
Según los uigures, el gobierno chino ha decidido la demolición para borrar cualquier sombra de la empresaria entre la etnia, de origen turco y credo musulmán, que vive desde hace siglos en Xinjiang (Turkestán Oriental) y algunos de cuyos miembros iniciaron unas violentas protestas hace dos meses por la discriminación de la que se sienten objeto.
El edificio representaba para las autoridades chinas una prueba del éxito de su política de integración étnica, ya que Kadeer era citada por Pekín como un ejemplo para la comunidad uigur, e incluso la incluyeron en el Legislativo chino hasta que ésta empezó a denunciar la discriminación en la que viven 8 millones de uigures.
Hasta ese momento, la ahora activista se había convertido en la mujer más rica de Xinjiang, pero fue encarcelada en 1999 acusada de separatista hasta que Pekín permitió su exilio en EEUU en 2005.
La demolición del centro comercial supondrá la expulsión de los comerciantes y residentes, que se habían beneficiado de un programa de microcréditos facilitado por Kadeer para mujeres uigures emprendedoras, y de 30 familiares de la activista.
El pasado sábado, los ocupantes recibieron una orden para abandonar el edificio, pero las últimas protestas étnicas, que se reiniciaron el miércoles pasado, retrasaron el proceso.
Las autoridades aseguran que los ocupantes serán compensados.
El centro comercial, de 1.720 metros cuadrados, acoge 500 tiendas y está situada en el mercado uigur de Erdaoqiao, donde el 5 de julio se iniciaron las protestas raciales.
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