Taipei.- El Dalai Lama manifestó hoy su deseo de volver al Tíbet antes de partir de Taiwán donde visitó y rezó por las víctimas del tifón "Morakot", que causó unas 600 muertes en la isla, una visita que ha provocado nuevas protestas de China.
"Todo tibetano tiene siempre la esperanza de volver a su tierra", dijo el Dalai ante la prensa y numerosos admiradores, en el Aeropuerto Internacional de Taoyuan.
La visita del Dalai Lama "ha logrado su objetivo de mostrar que no es el demonio independentista y antichino que presenta Pekín ante su pueblo y el mundo", dijo a EFE en el aeropuerto un monje tibetano residente en Taiwán.
La visita del dirigente espiritual tibetano ha estado marcada por las protestas chinas y las reticencias del actual gobierno taiwanés, empeñado en la mejora de los lazos con China y que no quiere afectar sus relaciones con Pekín.
"El gobierno ha amordazado al Dalai Lama para complacer a China", dijo el diario isleño "Taipei Times".
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, no se entrevistó con el Dalai, como hicieron sus predecesores en las dos anteriores visitas del religioso budista a Taiwán, para marcar el carácter humanitario y no político del viaje, según dijo su portavoz, Wang Yu-chi.
El Dalai Lama no ha protagonizado en Taiwán actos políticos sino que ha rezado con los damnificados, pronunciado un discurso y mantenido un encuentro con el Cardenal Paul Shen, máximo exponente de la Iglesia Católica en Taiwán.
"Hay grandes tradiciones muy importantes para la humanidad que hay que proteger para que no se pierdan, porque enriquecen el espíritu y dan una paz espiritual que no se adquiere en supermercados", dijo el Dalai Lama sobre el budismo tibetano y cristianismo.
El dirigente espiritual tibetano, durante su visita a las zonas más afectadas por "Morakot", el tifón más devastador de los últimos 50 años en Taiwán, alabó la democracia taiwanesa y las tradiciones y civilización chinas.
"No soy un independentista", declaró el Dalai Lama, quien tampoco abogó por la separación total de Taiwán y China sino por una "relación única" en defensa y política exterior, que preserve la democracia.
La mayoría de las palabras pronunciadas por el Dalai Lama en Taiwán han sido estrictamente religiosas, abogando por el cambio interior, la paz entre las religiones y los ideales budistas.
Un sondeo encargado por el Partido Demócrata Progresista (PDP) mostró que el 75,4 de los taiwaneses vio con buenos ojos la visita del líder tibetano, y que el 50,7 por ciento la considera religiosa y no política, aunque hay 37,5 por ciento que disiente.
El Dalai Lama se exilió en 1959, tras una fracasada revuelta contra el control chino del Tíbet, y defiende una autonomía que preserve las tradiciones tibetanas sin separación total de China.
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