Bogotá.- Un ex jefe paramilitar colombiano confesó haber secuestrado y asesinado en 1997 a un sargento segundo del ejército que se creía que estaba en manos de guerrilleros de las FARC, revelaron hoy a Efe familiares del suboficial en Bogotá.
El militar Mario Aníbal Bautista fue hecho cautivo y murió a manos de las ahora disueltas Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM), precisó Gladys Bautista, hermana del uniformado.
La mujer dijo que el crimen fue confesado por "Botalón", alias del paramilitar desmovilizado Arnubio Triana, durante una reciente diligencia judicial ante la fiscalía en la capital colombiana.
Triana compartió con Ramón Isaza la jefatura de las ACMM, que se desintegraron en enero de 2006 con el desarme de 742 paramilitares, dentro de un proceso de paz con el Gobierno en el que se disolvió la organización Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El sargento desapareció el 14 de marzo de 1997 tras haber partido de Puerto Boyacá, localidad al norte de Bogotá, en un viaje por tierra que tenía como destino Medellín, precisó la mujer.
La hermana del suboficial dijo que él tenía previsto visitar a dos de sus hijas en esta ciudad del noroeste colombiano.
Por entonces, continuó, Bautista se recuperaba de una operación en una rodilla, para lo cual había recibido una incapacidad que se le vencía en dos semanas.
"Él iba (vestido) de civil, y lo dimos por secuestrado", agregó Gladys Bautista, que indicó que la familia creyó siempre que Mario Aníbal había caído en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La presunción llevó a los Bautista a adherirse a la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), que representa a los allegados a militares y policías que ese grupo rebelde retiene con fines de canje por insurgentes presos, mediante la negociación de un acuerdo humanitario con el Gobierno.
La mujer se lamentó de que el ejército les dijera siempre que el suboficial, que estaba adscrito a un batallón de Ibagué (suroeste), se había evadido de la institución armada.
"Lo único que pedimos ahora es que nos informen dónde quedó el cuerpo, que nos lo entreguen para darle cristiana sepultura", dijo Gladys Bautista, que casi todos los martes corridos desde hace cinco años va a la céntrica Plaza bogotana de Bolívar para manifestarse con Asfamipaz en favor del acuerdo sobre rehenes.
La hermana del militar indicó que fue informada de la confesión de "Botalón", que la hizo hace dos semanas, por funcionarios judiciales que le prometieron avisarle, para que ella esté presente, del día en el que este ex paramilitar deberá comparecer de nuevo ante los fiscales que lo investigan.
Por el momento, la familia halló el auto del militar en un aparcadero público de Puerto Boyacá, pero no ha podido recuperarlo, por el alto valor de la deuda acumulada por concepto de estacionamiento.
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