Kaohsiung (Taiwán).- El Dalai Lama, máximo dirigente espiritual del exilio tibetano, se declaró hoy "admirador y amante" de las tradiciones y la civilización china, así como de la democracia taiwanesa.
En un discurso pronunciado en la ciudad portuaria de Kaohsiung, con el título de "un mundo, responsabilidad común", el líder budista se calificó a sí mismo como una "persona totalmente dedicada al fomento de la democracia".
"Ustedes mantienen las tradiciones y valores chinos, y además del desarrollo económico y la modernización educativa, han logrado la democracia y el imperio de la ley", dijo el Dalai Lama.
El principal objetivo de su controvertida visita a Taiwán, condenada por China, que la considera dañina para los lazos entre las dos partes del Estrecho de Formosa, es "estar con quienes han perdido sus familiares, amigos, hogares... todo" en el tifón "Morakot", que causó unos 600 muertos en la isla.
El viaje a Taiwán del Dalai Lama ha desencadenado protestas puntuales de pocas decenas de partidarios de la unión de la isla con China y de unos cientos de budistas locales, que lo acusan de moverse por motivaciones políticas.
El Gobierno taiwanés trató de minimizar los efectos negativos de la visita del dirigente religioso tibetano en los lazos con China, que considera al Dalai Lama un separatista.
"No soy un independentista ni un separatista", afirmó el Dalai Lama, que consideró que China utiliza estos epítetos para desprestigiarlo ante sus ciudadanos.
China ha reaccionado con la ausencia de su delegación en la ceremonia inaugural de la Olimpiada para Sordos, que se celebra del 5 al 15 de septiembre en Taipei, y con la cancelación de la visita de una delegación financiera y de altos funcionarios a Taiwán.
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, aprobó la visita del Dalai Lama ante la presión de la oposición política isleña y su bajo índice de popularidad.
Ma, empeñado en una campaña de distensión y acercamiento económico a China, rechazó una visita del Dalai Lama en 2008, por considerar que la fecha no era oportuna.
Esta es la tercera visita del dirigente espiritual tibetano a Taiwán, que estuvo en la isla en marzo de 1997 y marzo de 2001.
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