Sin tiempo para reponernos del GP de Europa, la Fórmula 1 cambia el intenso calor mediterráneo por la caprichosa meteorología de los bosques de las Ardenas y las curvas de uno de los mejores circuitos del mundo, el Spa-Francorchamps. El triunfo de Barrichello en Valencia ha rescatado a Brawn GP de la crisis, y obligará a reaccionar a los Red Bull este fin de semana si no quieren perder el último tren a los dos títulos en disputa. Por lo demás, Renault confía dar a Alonso el coche que necesita para regresar al podio y Ferrari ha optado por renovar su confianza en Luca Badoer.
Dicen los entendidos que ya no hay circuitos como los de antes. Los más duchos añoran los diseños de John Hugenholtz (Suzuka o el Jarama, por poner los dos ejemplos célebres) y no se cansan de criticar los monótonos diseños de Hermann Tilke. Pues bien, ha llegado el momento que tanto esperaban, turno ahora para un circuito de los de antes.
Este fin de semana, pues, vuelta a los manidos reportajes sobre el viraje de Eau Rouge y el recuerdo a los grandes adelantamientos registrados en esta pista (se llevan la palma el de Montoya a Schumacher en el Bus Stop el año 2004 o el de Häkkinen a Schumacher en la recta de Kemmel en el 2000). Y, por una vez, todos estos repetitivos temas ideados para la previa de la carrera tienen sentido. La vuelta a los neumáticos 'slick' (lisos), combinada con la reducción aerodinámica, volverá a suscitar el debate entre pilotos y periodistas sobre quién consigue trazar Eau Rouge con el pie a fondo. Claro que esta discusión acostumbra a arrinconar a otros virajes tanto o más interesantes que aquél, como Fagnes, Stavelot, Blanchimont, Les Combes o Malmedy (el Bus Stop ya no es lo que era desde que la FIA empezó a considerarlo inseguro y mutiló sus dos chicanes originales).
Curvas al margen, Spa devuelve el Mundial a un terreno distinto. Adiós al calor y al asfalto abrasador y bienvenidos los cambios repentinos de tiempo y el miedo a la lluvia intermitente, un factor clave en las carreras disputadas en esta pista. La longitud del circuito, unido a la particular orografía de la zona, crean múltiples microclimas que, en condiciones de humedad favorables, provoca la formación de chaparrones en puntos muy localizados. Vamos, es posible que llueva en un extremo del trazado mientras en el otro luce el sol. De hecho, este fue uno de los factores que contribuyó al mítico triunfo del Porsche 996 GT2 de Marc Lieb, Stéphane Ortelli y Romain Dumas frente a la pléyade de velocísimos GT1 en las 24 Horas de Spa de 2003.
A priori, el rival a batir el domingo será Red Bull. La escudería austríaca cuenta con un coche que funciona muy bien en asfaltos fríos y que es muy estable en trazados con curvas rápidas. Claro que, tras lo visto el domingo pasado, donde ni Webber ni Vettel entraron en los puntos, quizá sea demasiado apresurado otorgarles el rol de favoritos. Resta también por ver si la resurrección de Brawn GP en Valencia fue fruto de la casualidad o, por el contrario, seguirán decididos a alargar un poquito más la emoción al Mundial más extraño de la última década. McLaren será el tercer comodín de la partida, con el nuevo coche de batalla, especialmente reducido pensando en las pistas rápidas, mayoría en lo que resta de campeonato. Con los mecánicos más motivados, parece claro que la escudería oficial Mercedes hará lo posible por echar una mano (aunque sea involuntariamente) a sus clientes de Brawn GP.
¿Y Alonso? El asturiano agota sus últimos días en Renault con ansias de anunciar que se marcha a Ferrari... pero sin la autorización pertinente para hacerlo. Mientras tanto, toca apretar los dientes y tratar de llevar al R29 al podio, o bien marcarse una carrera inteligente y saber conformarse con unos cuantos puntitos, como ya ocurrió en Valencia. El equipo deberá, pues, repartir su atención en dos frentes: por un lado, apoyar a Fernando para buscar un buen resultado, y por el otro, seguir educando a Romain Grosjean con vistas a la campaña 2010.
En Ferrari, mientras media Italia pone velas a todos los santos ansiando la recuperación de Felipe Massa, el equipo de F-1 ha decidido renovar su confianza en el animador del GP de Europa, Luca Badoer. El italiano estuvo nefasto en su regreso a la categoría, pero, incomprensiblemente, Luca Cordero di Montezemolo ha optado por mantenerle en el asiento. Mientras tanto, Marc Gené sigue aguardando la oportunidad de su vida en el mejor año de su carrera deportiva. Los resultados cantan, y ha quedado claro que a Badoer se le ha pasado el arroz de la competición...
Los entrenamientos y la carrera del GP de Bélgica están programados para las 14 horas de sábado y domingo, respectivamente.
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