Berlín.- El Gobierno alemán y la plantilla de Opel expresaron hoy su impaciencia ante los sucesivos retrasos de General Motors por adoptar una decisión respecto a la filial y mientras se suceden informaciones acerca de un plan del consorcio estadounidense para quedarse con la marca europea.
"Debe adoptarse una decisión lo antes posible sobre Opel. Estamos bajo presión de tiempo y tanto los empleados como las plantas deben saber claramente a qué atenerse", afirma el ministro de Hacienda, Peer Steinbrück, en declaraciones que publica hoy el diario económico "Handelsblatt".
Por parte de la plantilla, el presidente del comité de empresa, Klaus Franz, advirtió en contra de los planes de General Motors de mantener el control sobre su filial, como han afirmado medios estadounidenses, y dijo que ello revertirá en el cierre de plantas.
El comité de empresa de Opel anunció ayer mismo movilizaciones y una manifestación en Berlín, coincidiendo con la reunión anunciada entre representantes del gobierno y de GM, esta semana, para aumentar la presión en vistas a una decisión sobre Opel.
Según informaciones del diario estadounidense "Wall Street Journal", GM está revisando la posibilidad de quedarse con Opel, como alternativa a su venta, para lo que estudia un plan de financiación de 4.300 millones de dólares (unos tres millones de euros).
De acuerdo con ese medio, el presidente de GM, Fritz Henderson, quiere tener listo el plan para principios de septiembre, lo que explicaría las demoras en presentar una decisión respecto al futuro inversor para Opel.
El gobierno de Berlín puntualizó ayer mismo que sólo piensa apoyar con avales públicos la compra de Opel por parte del fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna y que no se plantea respaldar la oferta presentada por el inversor belga RHJI.
Pese a que la postura alemana parece inamovible en esta cuestión, fuentes gubernamentales insistieron en que Berlín confía en la posibilidad de un acuerdo y subrayaron que éste sólo podrá conseguirse "en un clima constructivo y no de confrontación".
La dirección de GM aplazo el viernes pasado una decisión sobre el futuro de Opel, lo que ha precipitado las especulaciones acerca de la existencia de un plan alternativo.
En una entrevista con la segunda cadena de televisión pública "ZDF", la canciller Angela Merkel manifestó su decepción por la falta de decisión de GM, aunque expresó su esperanza de que el problema se resuelva en breve.
Sobre la mesa de GM se encuentran dos ofertas de adquisición de su antiguo negocio europeo, la del fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna, en cooperación con el grupo automovilístico ruso GAZ y el banco Sberbank, y la del inversor belga RHJI, perteneciente al estadounidense Ripplewood.
Según fuentes gubernamentales, esta semana se celebrará en Berlín una nueva reunión con el grupo de trabajo que sigue este tema, a la que asistirá también un representante de General Motors; por ahora, no se ha concretado todavía el día en que tendrá lugar el encuentro.
Magna está dispuesta a pagar 350 millones y obligaciones convertibles por valor de 150 millones de euros, y pide 4.500 millones en avales.
RHJI ha ofrecido entrar con un capital de 275 millones y pide garantías públicas por valor de 3.000 a 3.800 millones de euros.
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