Washington.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comenzó sus primeras vacaciones desde que está en la Casa Blanca con una dosis doble hoy de deporte y algunos libros para compensar el esfuerzo físico.
Obama y su familia pasarán la semana en Martha's Vineyard, una isla cercana a la costa de Massachusetts que en el siglo XIX se dedicaba a la pesca de ballenas y que ahora es un centro turístico para ricos.
El presidente y su familia llegaron el domingo a una propiedad de más de 11 hectáreas, con piscina y campo de baloncesto, que se alquila por 35.000 dólares por semana.
Obama pagará su parte, mientras que los contribuyentes sufragarán los gastos de la seguridad y el personal de la Casa Blanca que le acompaña para mantenerle al día de los temas urgentes.
El mandatario recibió hoy su informe diario sobre política exterior, pero se escapó pronto para hacer ejercicio en solitario y luego jugar al tenis con su esposa, Michelle Obama, según informó el portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton.
Posteriormente, tiene previsto un partido de golf con el congresista demócrata Jim Clyburn, con el presidente del banco de inversión UBS, Robert Wolf, que es amigo suyo, y con Marvin Nicholson, uno de sus asesores.
Burton aclaró que no está planeado que ningún otro legislador juegue partidos de golf con él, pues el objetivo de Obama es realmente descansar, sin tener una agenda fija.
"Ya sabéis, uno se levanta, desayuna, hace ejercicio y decide, ¿qué me apetece hacer hoy? (El presidente) va a hacer eso como cualquier otra persona", explicó Burton.
También visitada por Bill Clinton cuando era presidente, Obama ha pasado vacaciones en Martha's Vineyard en "cinco o seis ocasiones" en la última década, de acuerdo con el portavoz presidencial.
"Le gusta. La isla es cómoda. Las playas son bonitas. La gente es especialmente agradable. Hay buena comida", dijo Burton.
Además de las visitas presidenciales, Martha's Vineyard es famosa porque allí filmó Steven Spielberg en 1974 la terrorífica cinta "Tiburón" y porque en sus aguas se estrelló en 1999 la avioneta que pilotaba John F. Kennedy Junior, hijo del asesinado presidente.
En los momentos en los que su pasión por el deporte le permita un respiro, Obama pretende leer.
A la isla se ha llevado tres novelas: "The Way Home", de George Pelecanos; "Lush Life", de Richard Price, y "Plainsong", de Kent Haruf.
También tiene en su mesilla "Hot, Flat, and Crowded", un volumen sobre el cambio climático de Tom Friedman, y "John Adams", la biografía sobre ese presidente estadounidense de David McCullough.
Seguro que sus ventas subirán con el honor de ser los libros de verano del presidente.
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