Santiago de Chile.- La compañía teatral catalana Tricicle ha desmentido que los dos ciudadanos españoles detenidos por portar droga en la Isla de Pascua, a unos 3.500 kilómetros del Chile continental, sean integrantes de esa empresa, según recogió Efe citando información de medios locales.
En un comunicado, la compañía explica que uno de los dos detenidos es el técnico de montaje de la obra que un trío de actores ha representado estos días en Santiago de Chile y que reciben el nombre de Tricicle-2.
"El trío de actores recibe el nombre de Tricicle-2, pero no son Tricicle propiamente, aunque actúan interpretando esqueches de Tricicle. Pero sí es bien cierto que tienen vinculación con los componentes originales de Tricicle a través de la empresa Factoria d'Espectacles", afirman.
La compañía aclara que Tricicle-2 ha actuado en Santiago en las últimas semanas y sus tres actores, que no han tenido ningún problema con la justicia, ya se encuentran de regreso en España (donde reciben el nombre de Clownic) y dispuestos a actuar en Bilbao.
Tricicle especifica que los afectados por este incidente son el técnico de montaje, que no forma parte de la estructura fija ni de Tricicle ni de Tricicle-2, y su pareja, quienes "se encontraban en una visita a la Isla de Pascua, fuera de todo contexto profesional".
Según informaron hoy medios locales, los dos ciudadanos españoles fueron detenidos después de que la Policía hallara en sus pertenencias chocolates de hachís que al parecer habían logrado trasladar a Chile desde España.
Ambos fueron formalizados (procesados) por el delito de microtráfico y aceptaron someterse a un juicio abreviado en el que, después de que los ciudadanos españoles aceptaran esos cargos, el fiscal solicitó 61 días de reclusión.
Los dos quedaron en libertad con la medida cautelar de arraigo insular a la espera de que el próximo lunes conozcan la condena.
La Isla de Pascua, que forma parte de la Polinesia, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y constituye uno de los principales centros turísticos de Chile gracias a sus moáis, enormes estatuas de piedra monolítica de cuya historia poco se conoce.
El pasado fin de semana, un grupo de isleños ocupó el aeropuerto del lugar para exigir "un mayor control migratorio" e impedir que chilenos del continente o extranjeros continúen llegando para radicarse de forma permanente en la pequeña isla.
Según los manifestantes, los recién llegados ocasionan daños patrimoniales y medioambientales en la isla, donde viven unas 4.000 personas, el doble que hace una década, mientras que los turistas suman alrededor de un millar cada semana.
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