Río de Janeiro.- El concordato firmado entre Brasil y el Vaticano respeta en todos sus aspectos la Constitución del país suramericano y el Estado laico, manifestó hoy a Efe el presidente del episcopado, el arzobispo Geraldo Lyrio Rocha.
"El acuerdo no hiere la Constitución, no hiere el Estado laico y no reivindica ningún privilegio para la Iglesia Católica. El acuerdo integra en un único texto aquello que ya está en la legislación del país, en la Constitución y en la jurisprudencia", dijo el presidente de la Confederación Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, sigla en portugués).
El concordato entre la Santa Sede y Brasil, el país con más católicos del mundo, fue firmado el pasado 13 de noviembre durante la visita que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo al Papa Benedicto XVI, y está pendiente de ratificación por el Congreso Nacional.
El documento regula los aspectos jurídicos de la Iglesia Católica en el país, que hasta ahora se regía por un decreto del 7 de enero de 1890 en el que la entonces naciente República, proclamada el 15 de noviembre del año anterior, reconocía la personalidad jurídica de la institución, señaló el prelado.
Según el arzobispo, ese documento de 119 años de antigüedad se había tornado "frágil" porque en las oficinas públicas los empleados del Gobierno tenían dificultades para reconocer lo consignado en el mismo, razón por la cual la propia CNBB propuso un acuerdo entre Brasil y la Santa Sede, proceso que comenzó en los años 90 del siglo pasado.
"Así como muchos otros Estados tienen relaciones con la Santa Sede, firman acuerdos, concordatos, propusimos que Brasil tuviese un acuerdo de esa naturaleza que reafirmase la personalidad jurídica de la Iglesia católica en Brasil, lo que fue llevado adelante por la Nunciatura Apostólica", manifestó el presidente de la CNBB y arzobispo de Mariana, en el estado de Minas Gerais.
El documento consta de 20 artículos en que dan un marco jurídico al funcionamiento de la Iglesia Católica y sus instituciones en Brasil, basado siempre en lo que está previsto en la Constitución y las leyes y sin agregar ninguna novedad a lo que ya existe.
"No trae elementos nuevos" en cuanto a la situación de la Iglesia Católica en el país, dijo el arzobispo, quien subrayó que el acuerdo se apega a las normas constitucionales y al Estado laico.
"El Estado laico no es sinónimo de Estado antirreligioso, ni mucho menos ateo. El laico es el que no es confesional y garantiza el derecho de todas las confesiones a expresarse y organizarse, respetadas las limitaciones que impone la legislación", sostuvo en la entrevista telefónica con Efe.
En ese sentido, Rocha señaló que así como la Iglesia Católica hizo este tratado, "otras confesiones pueden intentar establecer convenios de acuerdo con sus intereses con el Estado brasileño", como ocurre en muchos otros países.
Para responder a las críticas de organizaciones de ateos y miembros de otras religiones que consideran que la Iglesia Católica obtendrá privilegios inconstitucionales con este acuerdo, Rocha subrayó que "todos los artículos del documento traen la salvedad de que se hace 'de acuerdo con la legislación en vigor y con la Constitución de Brasil'".
En la misma línea se había manifestado el pasado lunes el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta, quien en un artículo publicado en la página de la CNBB en la internet señaló que el concordato "no está concediendo ningún privilegio extraordinario a la Iglesia Católica".
Debido a que el documento regula los aspectos jurídicos de la Iglesia Católica y sus instituciones en asuntos como el matrimonio religioso, el funcionamiento de escuelas y hospitales y la asistencia social a los presos, el texto "fue sometido a la aprobación de todos los ministerios que tienen alguna referencia en el acuerdo", agregó Rocha.
Según datos de la CNBB, cerca del 73% de los 191 millones de brasileños profesa la religión católica, pero "no por eso la Iglesia pretende tener cualquier privilegio con relación a otras confesiones", señaló el presidente de la entidad.
"La Iglesia Católica brasileña mantiene una postura ecuménica y de diálogo interreligioso. Sería una incoherencia pretender cualquier cosa que hiriese el Estado laico", concluyó.
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