MADRID.- Más de dos semanas después de su desaparición en alta mar, todo son conjeturas sobre el paradero actual del carguero 'Arctic Sea', con 15 tripulantes rusos a bordo, lo que ha provocado la movilización inmediata de la Marina rusa por orden del presidente Dimitri Medvedev, en una operación que cuenta con el apoyo de la OTAN y el resto de países implicados: Suecia, Finlandia y Malta.
Alrededor del incidente circulan todo tipo de sospechas. Según parece, el carguero con bandera maltesa podría haber sido asaltado hasta en dos ocasiones y se habría pedido a la propietaria del barco, la compañía finlandesa Solchart Management, un rescate de un millón y medio de dólares a cambio del barco, los tripulantes y su carga, madera para la construcción valorada en 1,8 millones de dólares. Sin embargo, la madera es difícilmente un elemento especialmente codiciado por la piratería, según los expertos.
Así, o bien el barco transportaba un envío oculto de armas o droga, o bien se trata de una estafa comercial para cobrar el seguro por la desaparición del buque, en un momento en el que el comercio naviero está atravesando duros momentos por la crisis económica. Nada es seguro.
LA DESAPARICIÓN
El pasado 24 de julio, el 'Arctic Sea' informaba de que había sido asaltado por hombres armados disfrazados de autoridades marítimas cerca de la costa de Suecia, atando y golpeando a la tripulación de 15 marineros rusos. Concretamente, la tripulación comunicó que el barco estaba siendo abordado por un grupo de entre ocho y 12 individuos, que permanecieron doce horas a bordo del carguero, según las autoridades suecas y la Autoridad Marítima Maltesa.
"Durante su estancia, asaltaron, ataron y amordazaron a la tripulación", según la Autoridad Marítima Maltesa. En aquel momento, los marineros pensaban realmente que estaban siendo abordados por autoridades marítimas, por lo que no emitieron queja oficial alguna, y el barco continuó su trayecto.
Cuatro días más tarde, el carguero llegaba al Canal de la Mancha tras comunicarse previamente con las autoridades marítimas británicas, quien en ese momento desconocían que se hubiera producido el asalto previo, del que ya no se tienen más detalles. A 80 kilómetros de la costa, el barco desapareció del radar.
"¿Quién iba a pensar que un barco secuestrado podría atravesar las aguas más controladas del mundo", declaró a la BBC el oficial de la Agencia Británica Marítima y de Guardacostas, Mark Clark. "No parecía haber nada sospechoso respecto al barco, pero la verdad es que la última comunicación podría haber sido realizada perfectamente por un miembro de la tripulación con un arma apuntándole a la cabeza".
Según CNN, el Sistema de Identificación Automático del barco --que detalla la posición exacta del buque--, estaba apagado o roto en el momento de la última comunicación, realizada con un individuo que, según la Policía sueca que telefoneó por última vez al 'Arctic Sea', parecía ser el capitán. Sin embargo, las sospechas se confirmaron el pasado 4 de agosto, fecha prevista para que el carguero llegara a Argelia. Nunca apareció en el puerto.
DOS SECUESTROS
El pasado jueves, el diario británico 'Daily Telegraph' informaba, según oficiales marítimos de la Comisión Europea, que el Arctic Sea había enviado una segunda ronda de mensajes radiados en los que informaba de que había sido secuestrado dos veces: una por las presuntas "autoridades marítimas" frente a la costa de Suecia, y otra vez en el mismo Canal de la Mancha.
La propia Comisión aprovechó para admitir que la desaparición del carguero 'Arctic Sea' "no tiene nada en común "con los actos de piratería tradicional o robos armados en alta mar". Sin embargo, las noticias sobre el presunto rescate solicitado por el barco han acelerado las operaciones para la localización del carguero.
En estos momentos, cinco barcos de guerra rusos --presuntamente acompañados de un submarino nuclear-- se encuentran buscando al 'Arctic Sea'. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, ha ordenado al ministro de Defensa, Anatoly Serduikov, que tome "todas las medidas necesarias para localizar y, si es necesario, liberar al carguero desaparecido".
La señal de posicionamiento del barco se reactivó temporalmente el sábado, situando al carguero cerca del puerto francés de La Rochelle, en el Golfo de Vizcaya, según el boletín marítmo ruso 'Sovfrajt' aunque las autoridades francesas han desmentido esta información, ya que creen que la mencionada señal se corresponde con los barcos de guerra rusos enviados por el presidente Medvedev para localizar al 'Arctic Sea'.
CONJETURAS
Al margen de que nadie se explica cómo el barco desapareció en mitad del Canal de la Mancha, muchos se preguntan qué ganan los secuestradores al apoderarse de un barco con un cargamento tan poco interesante como es la madera.
"La verdad es que es sospechoso", declara el socio del bufete estadounidense de Derecho Internacional Squire, Sanders & Dempsey, Douglas Burnett. "Y mucho más sospechoso dado el cargamento, que es madera, y nadie robaría un barco por su madera, especialmente en aguas europeas. Así que a lo mejor no llevaba sólo madera, podría ser un cargamento escondido", opinó. La compañía finlandesa sólo se ha pronunciado una sóla vez sobre esta hipótesis, que calificó directamente de "basura".
El caso es que la industria naviera, como tantas otras, se ha visto afectada gravísimamente por la recesión global. Cerca de un diez por ciento de los barcos mercantes del mundo permanecen en puerto, según Lloyd's Marine Intelligence Unit, por culpa del colapso en el comercio global. Así que también cabe la posibilidad de que este tipo de operaciones sean parte de un fraude a gran escala.
"Hemos sido testigos en el pasado de casos donde los buques han sido asaltados intencionadamente asaltados como parte de un fraude de seguros", declara Burnett, "la ley decreta que, cuando un barco no llega a puerto, debe asumirse automáticamente que ha sufrido algún incidente en el mar, y la parte subcontratante debe pagar a no ser que se pueda demostrar que el peligro no ha sido accidental, lo que es complicado porque casi nunca hay testigos".
El director de la firma de seguridad privada británica Anti-Piracy Maritime Security Solutions, Nick Davis, indica que es poco probable que el barco haya naufragado, porque a estas alturas alguen habría visto los restos. "Tengo la sospecha bastante poderosa de que esto es una disputa comercial entre el propietario del barco y un tercero, y han decidido tomarse la justicia por su mano".
Burnett, por su parte, insiste en que considerar todo esta situación como un acto de piratería tiene ventajas considerables. Si por ejemplo la Marina rusa encuentra el barco, lo primero que debería hacer sería solicitar el permiso a las autoridades maltesas. Pero en el caso de que exista la sospecha de que el barco ha sido secuestrado, esta solicitud no es necesaria y el Ejército ruso podría subir a bordo del barco sin pedir permiso.
"Y en ese caso", explica Burnett al magacín 'Time', "cualquier nación puede hacer abordar el barco con la misma facilidad". "De todas formas, estamos esperando a ver qué sucede, porque todo este asunto, la verdad, no puede ser más misterioso", concluyó.
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