San Salvador.- Decenas de salvadoreños recordaron hoy con una peregrinación el nacimiento del arzobispo Óscar Arnulfo Romero y dieron inicio a las actividades para conmemorar los 30 años de su asesinato, el 24 de marzo de 1980.
Con pancartas alusivas a las frases de Romero, fotografías y entonando cánticos, los participantes salieron de la capilla del hospital Divina Providencia, en el oeste de San Salvador, donde el religioso fue asesinado.
La peregrinación finalizó con una misa en el parque Cuscatlán, en el centro capitalino, celebrada junto a un muro dedicado a las 75.000 víctimas de la guerra civil registrada entre 1980 y 1992 en El Salvador.
El presbítero José María Tojeira, rector de la Universidad Centroamericana (UCA, regida por jesuitas), presidió la eucaristía y demandó que se pida perdón por el asesinato de Romero.
"Es sumamente importante que de una vez por todas y públicamente y con seriedad el Estado reconozca la dignidad de monseñor Romero y pida perdón por el crimen que tuvo profundas raíces estatales en su momento y que fue un crimen que ofendió la dignidad completa del pueblo salvadoreño", afirmó entre aplausos.
Romero, quien denunciaba desde el púlpito las injusticias cometidas contra la población en los años previos al conflicto armado salvadoreño, fue asesinado por un comando de ultraderecha el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa.
La Comisión de la Verdad encargada de investigar los crímenes cometidos durante la guerra civil señaló en un informe divulgado en 1993 que este asesinato fue presuntamente ordenado por Roberto D'Aubuisson, fundador de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha).
El presidente Mauricio Funes apoyó este viernes durante una visita a la localidad de Izalco (oeste) que se investigue el asesinato de Romero y de seis sacerdotes jesuitas en 1989, pero aclaró que estos casos no le competen al Ejecutivo.
"Un caso como el de monseñor Romero no puede quedar impune y, por lo tanto, hay que hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para aclarar la autoría intelectual y material del mismo, se lo debemos no sólo a monseñor, se lo debemos al pueblo salvadoreño", declaró.
Al respecto, monseñor Ricardo Urioste, presidente de la Fundación Monseñor Romero, apoyó que se investigue este caso, aunque dijo temer que este hecho haya prescrito ante la justicia.
"No sé por qué tiene que prescribir una cosa tan horrorosa, aunque las leyes lo digan así. No siempre lo legal es lo justo y debería siempre tratarse de hacer una investigación", declaró a Efe.
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