MADRID.- El primer ministro ruso, Vladimir Putin, ratificó esta semana la relación de ayuda existente con la región separatista georgiana de Abjazia con una visita lamentada profundamente por las autoridades de Georgia mientras la conmemoración del primer aniversario del conflicto ruso-georgiano sobre Osetia del Sur todavía colea una semana después, con nuevos cruces de acusaciones entre ambas partes sobre la legalidad de la actuación de los participantes en el enfrentamiento.
Abjazia y Osetia del Sur comparten, en esencia, el mismo estatus político: ambas prefieren existir separadas de Georgia, y ambas cuentan con el respaldo de Rusia. Georgia entiende la visita de Putin a Abjazia como una "violación flagrante de la ley internacional". Rusia prefiere no conceder a la visita una importancia mayor que la que tiene, en su opinión, que es la confirmación del envío de ayuda humanitaria a una región bastante empobrecida.
Una semana después del aniversario del conflicto, Ucrania también ha asumido su papel como actor secundario en el enfrentamiento. El Gobierno de Kiev lleva 12 meses inmerso en una tensa relación con Moscú, que acusa a Ucrania de realizar "políticas en detrimento de Rusia" con sus constantes críticas al comportamiento del Kremlin. En este sentido, la primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, abogaba por la mejora de las relaciones entre ambos países para aliviar la tensión.
VISITA DE PUTIN
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, visitó Abjazia el miércoles para confirmar el compromiso de Moscú para proporcionar ayuda económica a la región separatista, a pesar de la crisis económica que afecta a Rusia.
Putin, así, se comprometió a mantener las ayudas previstas para los próximos tres años y que se elevan a 68 millones de dólares para el desarrollo y otros 465 millones de dólares para el fortalecimiento de la frontera entre Abjazia y Georgia.
El presidente abjazio, Sergei Bagapsh, reafirmó su cooperación con Rusia y su agradecimiento a la ayuda refrendada por Putin, que, como es natural, ha causado un profundo malestar en las autoridades georgianas, para las que no ha pasado desapercibido el carácter simbólico de la visita.
VIOLACIÓN DE LA LEY INTERNACIONAL
"La visita de Putin es una violación absolutamente ilegítima de todas las previsiones establecidas por la ley internacional", declaraba el viceministro de Exteriores georgiano, Alexander Nalbandov.
Para el viceministro, la visita de Putin es una "provocación consciente y un desafío a la totalidad de la comunidad internacional", acusando a Rusia de desestabilizar la situación en la región y de ignorar los principios determinados por la legislación internacional.
"Estas acciones son inapropiadas en un país que afirma jugar un papel serio en los asuntos internacionales", denunción Nalbandov, quien estimó que la intención final de Rusia es emplear a Abjazia como "base militar".
La Unión Europea también ha mostrado su preocupación por esta visita, a la que considera "incompatible con el principio de integridad territorial" y que no encaja "con los esfuerzos internacionales para estabilizar la región", según un comunicado recogido por el portal de noticias georgiano Civil.
LA PARTE UCRANIANA
Timoshenko expresó este viernes su deseo de mejorar las relaciones con Rusia, cuyo presidente, Dimitri Medvedev, ha criticado lo que considera una política anti rusa por parte del presidente ucraniano, Viktor Yushchenko. No obstante, Timoshenko dejó claro que nadie influirá en la política exterior de Ucrania.
"Como primera ministra, he hecho y haré todo lo posible para profundizar la cooperación mutuamente ventajosa entre Rusia y Ucrania, especialmente en el ámbito económico, del que es responsable el Gobierno", subrayó Timoshenko en un comunicado.
Ucrania armó a Georgia y adiestró a su Ejército para una guerra contra Rusia. Hacia 2007, Ucrania pasó a ser el principal suministrador de armas y material bélico a Georgia. Según datos contenidos en el informe de la ONU sobre el comercio internacional de artículos de uso militar, en 2007 Georgia incorporó en sus arsenales 74 carros blindados adaptados T-72 a los estándares de la OTAN, según cita la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti.
En total, entre 1997 y 2008 Ucrania suministró a Georgia 114 carros blindados de este modelo, así como 20 transportes blindados, 40 vehículos blindados de infantería, 12 piezas de artillería autopropulsadas (de 152 mm), 24 aviones, 13 helicópteros, 17 sistemas de defensa antiaérea y más de 41.000 fusiles de asalto Kalashnikov, según datos oficiales.
En una carta publicada el martes pasado, Medvedev acusa al presidente de Ucrania de tener políticas anti rusas y dice que le gustaría que en ese país gobernase alguien con quien fuese más fácil tratar. Yuschenko ha rechazado la acusación de Medvedev y le ha instado a aceptar la responsabilidad de Rusia en el empeoramiento de las relaciones bilaterales.
Interrogado por esta polémica, en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, en su residencia de Sochi, junto al mar Negro, el presidente ruso contestó: "Ya he dicho todo lo que quería decir (...). Si me extiendo sobre por qué lo hice, me temo que las cosas pueden empeorar". "No veo posibilidades de normalizar las relaciones estando los dirigentes actuales", admitió.
Yushchenko, que llegó al poder impulsado por las manifestaciones pacíficas y pro occidentales de 2004, es considerado por Moscú una figura hostil. Varios analistas creen que los ataques verbales que contiene la misiva de Medvedev tienen como objetivo enviar un claro mensaje a los otros candidatos que, como Yuschenko, se presentan a las elecciones del próximo enero, incluidos la primera ministra, Yulia Timoshenko, y el líder de la oposición, Viktor Yanukovich.
SOBRE LA INTERVENCIÓN
Un año después, todavía persisten las dudas sobre la interpretación del conflicto entre Georgia y Rusia sobre Osetia del Sur. En opinión del experto Nicolai N. Petro, el enfrentamiento transcurrió con dos principios fundamentales de la ley internacional en "franco conflicto": el derecho a la integridad territorial contra el derecho a la autodeterminación.
"Tras el ataque del pasado mes de agosto (contra Osetia del Sur por parte de Georgia), Rusia concluyó, muy a su pesar, que la única forma de proteger a la población suroseta era la firma de un tratado militar defensivo, cuyo requisito previo era el reconocimiento de la independencia", ya que este tipo de tratados sólo pueden ser firmados con un estado soberano, según declaró a la agencia oficial rusa.
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