Pekín.- El Boeing-767 de la compañía aérea afgana Kam Air que regresó anoche a Afganistán por supuesta amenaza de bomba en su vuelo inaugural Kabul-Urumqi, capital de la región suroccidental de Xinjiang, llevaba a bordo 200 pasajeros, la mayoría afganos y solo 5 chinos, informaron medios oficiales.
A falta de suministro de detalles por las autoridades de Pekín y Kabul, el incidente permanece todavía rodeado de confusión.
La cadena nacional de televisión CCTV informó hoy de que el avión "se había visto forzado a aterrizar en Kandahar, al sureste de Afganistán, al no ser autorizado por las autoridades de Kirguizistán a sobrevolar su espacio aéreo".
Según la agencia oficial Xinhua, el avión se dirigía desde Kabul a Urumqi, cuando las autoridades de Aviación Civil chinas le negaron el aterrizaje en la capital de Xinjiang ante un supuesto secuestro con amenaza de bomba.
Al verse forzado a regresar a Afganistán, el avión hizo escala en Kandahar porque, según dijo a Xinhua el presidente de la compañía, Zamarai Kamgar, que atribuyó el regreso a un "problema técnico", las condiciones meteorológicas en Kabul no eran adecuadas.
Un pasajero chino de nombre Pan Dongjie, dijo telefónicamente desde Kandahar a Xinhua, que el avión intentó aterrizar primero en Kabul pero no lo logró por el fuerte viento.
"Supimos de la amenaza de bomba y estamos deseando salir del avión aunque nos podemos desembarcar", Pan dijo desde el interior del aparato en Kandahar.
Kam Air, fundada en 2003, es la primera compañía aérea comercial privada de Afganistán y con seis aviones y 350 empleados hace numerosos vuelos domésticos e internacionales, dos de ellos planificados a la semana para Urumqi, según informa en su página web.
El aeropuerto de la capital de la conflictiva región china de Xinjiang, que fue inmediatamente militarizado con hombres y vehículos ante una eventual situación de emergencia y sus accesos rodeados de controles, volvió a la normalidad hoy aunque los vuelos sufrieron retrasos.
El pasado día 5 de julio, murieron 197 personas, en su mayoría colonos de la etnia china han, en los enfrentamientos étnicos desatados en Urumqi.
Desde hace meses, las fuerzas antiterroristas se preparan con el reforzamiento de los controles para asegurar que la conmemoración de 60 aniversario de la República Popular de China el 1 de octubre, se produzca sin incidentes.
"Celebrar el Día Nacional es clave para el éxito del aniversario", dijo Wang Anshun, vicesecretario del Partido Comunista de China (PCCh) en el ayuntamiento de Pekín.
En los meses previos a los JJOO de Pekín en agosto de 2008, las autoridades chinas dijeron haber abortado intentos de secuestros y bombas en aviones desde Xinjiang, que, dijeron, pretendían empañar la celebración olímpica, por lo que intensificaron las medidas de seguridad.
Los estrictos controles impuestos desde entonces en el aeropuerto de Urumqi impidieron incluso hasta transportar en los equipajes facturados cualquier tipo de líquidos, incluido el vino local, producto típico de una región tan rica en petróleo y gas como sus vecinas del centro de Asia.
Los uigures, de lengua turcomana y religión musulmana, dicen haber sufrido persecución religiosa y política en una tierra que Pekín dice haber "liberado pacíficamente" en 1949, el mismo año en que nació la República Popular de China.
Pekín fomenta la migración de chinos de raza han tanto a Xinjiang como a Tibet bajo la supuesta necesidad de modernización, pero que pronto se hacen con el control de los negocios.
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