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El empresario acusado de sobornar a Helmut Khol será deportado mañana a Alemania

EFE
Actualizado 03-08-2009 00:29 CET

Toronto (Canadá).-  El empresario germano-canadiense Karlheinz Schreiber, acusado de sobornar a gobernantes alemanes y canadienses, será deportado mañana a Alemania después de que un tribunal de Canadá rechazara hoy una moción para permitir su estancia en el país.

Schreiber, de 75 años de edad y que ha sido vinculado con tráfico de armas y sobornos pagados a políticos en las década de los años ochenta y noventa, está acusado por Alemania de evasión de impuestos, sobornos y fraude.

En Canadá, Schreiber ha acusado al ex primer ministro, Brian Mulroney, de aceptar sobornos para promover los intereses comerciales del grupo alemán Thyssen, así como iniciativas privadas propias, lo que el político conservador ha negado.

Mulroney ha reconocido que poco después de abandonar el cargo de primer ministro en 1993 aceptó 225.000 dólares canadienses de Schreiber en tres pagos en concepto de consultoría, pero ha añadido que su relación con el empresario siempre estuvo dentro de la legalidad.

Sin embargo, el actual Gobierno canadiense del primer ministro conservador, Stephen Harper, se vio obligado a crear el año pasado una comisión investigadora cuando se supo que Mulroney había ocultado durante años la recepción del dinero.

La comisión terminó sus trabajos el pasado martes.

Mulroney también ha sido acusado de recibir sobornos de Schreiber para que Canadá comprara aviones Airbus cuando era primer ministro del país.

La policía canadiense investigó esas acusaciones y en 1995 incluyó su nombre en una carta enviada a las autoridades suizas para solicitar información sobre comisiones ilegales.

Poco después Mulroney presentó una demanda contra el Gobierno canadiense y Ottawa se vio obligada a pagar 1,3 millones de dólares estadounidenses al ex primer ministro.

El pago de sobornos para la compra de aviones Airbus nunca ha sido probada.

En Alemania, los donativos de Schreiber en la década de los años noventa al partido cristianodemócrata CDU originaron un escándalo que empañó el nombre del ex canciller Helmut Khol y de su sucesor al frente del partido, Wolfgang Schäuble, quien aceptó haber recibido del empresario 100.000 marcos en 1994.

Hoy, los abogados de Schreiber, que ha luchado contra la extradición desde hace 10 años y es el testigo principal de la comisión investigadora de Mulroney, expresaron su sorpresa por la decisión del Gobierno canadiense de extraditar a su cliente a Alemania.

Schreiber fue notificado de forma inesperada en la noche del viernes, justo al inicio de un fin de semana largo (el lunes es fiesta en Canadá), lo que hacía imposible la presentación de apelaciones hasta el martes.

Eddie Greenspan, el principal abogado de Schreiber, calificó de "artimaña" la forma en que Ottawa ha decidido proceder con la extradición.

Pero la juez del Tribunal Supremo de Ontario, Barbara Conway, que aceptó una vista de emergencia, rechazó los argumentos de Greenspan y autorizó la extradición del empresario, que se producirá con toda seguridad el lunes, según indicaron medios de información locales.

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