Bogotá.- El Gobierno de Honduras levantó hoy el toque de queda en la mayor parte del país, mientras el depuesto mandatario Manuel Zelaya, cuyos seguidores siguen manifestándose para pedir su restitución, advertía de un riesgo de "violencia generalizada".
"Se ha resuelto establecer el toque de queda en todo el borde del departamento de El Paraíso" y en otros cinco puntos de la frontera con Nicaragua; "para el resto del territorio nacional queda suspendido el toque de queda", indicó el Ejecutivo en un comunicado emitido en cadena nacional.
Desde Managua, donde se encuentra, según dijo, como "huésped" del presidente Daniel Ortega, Zelaya señaló que "el golpe debe revertirse sin condiciones o, en caso contrario, vendrá una violencia generalizada".
"Los golpistas deben pagar las consecuencias o se vendrá una pandemia de golpes de Estado en América Latina", agregó en declaraciones al Canal 4 de la televisión nicaragüense.
Zelaya, que opinó que Estados Unidos es el que tiene influencia "para cambiar las cosas" en su país, viajará a México el 4 de agosto y se reunirá con el mandatario mexicano, Felipe Calderón, según informó hoy la cancillería de ese país.
Mientras el depuesto mandatario goza del apoyo de los Gobiernos latinoamericanos y de EE.UU. y la Unión Europea, el Gobierno de Roberto Micheletti, nombrado presidente por el Congreso, del que era titular, después de la destitución de Zelaya, el 28 de junio pasado, no logra el reconocimiento internacional.
La Unión Europea (UE) reafirmó hoy en Bruselas que sus contactos con el Gobierno de facto de Honduras seguirán siendo "extremadamente" restringidos, y aseguró que no descarta tomar "más medidas" para presionar al restablecimiento de Zelaya.
A petición de España y siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE empezó a estudiar hoy la posible retirada de visados diplomáticos de entrada a territorio comunitario de altos funcionarios del Gobierno "de facto".
Esta noche, las autoridades de Honduras advirtieron que se reservan el derecho de cancelar los visados al personal diplomático o consular de EE.UU., en reciprocidad a la decisión de Washington de revocar las de cuatro funcionarios del Gobierno de Micheletti.
La reciprocidad que Honduras se reserva para el personal de la embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa es "sin ninguna exclusión", subraya un breve comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras.
Además, el presidente Micheletti acusó hoy a EE.UU. de "intromisión" por la reunión que celebró ayer en Managua su embajador en Tegucigalpa, Hugo Llorens, con el gobernante depuesto Manuel Zelaya, quien tras la reunión dijo que el Gobierno de Barack Obama "recrudecerá" sus acciones contra las nuevas autoridades hondureñas.
En declaraciones divulgadas hoy por la prensa, Micheletti reiteró que está dispuesto a renunciar si Zelaya desiste de volver al poder y también aseguró que no va a permitir que sus seguidores, que ayer fueron desalojados de una vía en Tegucigalpa con un saldo de 6 heridos y más de 80 detenidos, "estén obstaculizando la economía" del país con bloqueos de carreteras.
Hoy mismo 40 personas fueron detenidas tras ser dispersados por la Policía y el Ejército unos 200 seguidores de Zelaya que bloqueaban una carretera en el oeste de Honduras.
Un portavoz policial afirmó que en La Ceibita, en el norte del país, un grupo de manifestantes mantiene una carretera cortada, pero la Policía Nacional tiene intención de dispersarlos.
Además, unos 3.000 seguidores del depuesto presidente volvieron a manifestarse hoy en las calles de Tegucigalpa, con la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, a la cabeza.
Castro pidió al movimiento que respalda a su marido que mantenga las protestas "en paz", aunque, según dijo, "cada día que hay represión".
En Washington, la Organización de Estados Americanos (OEA) aplazó por causas no informadas una sesión extraordinaria que iba a celebrar hoy sobre la crisis en Honduras, aunque los representantes de los países miembros sí se reunieron en privado.
La sesión se celebrará el lunes o el martes próximos.
La OEA estudia aumentar la presión sobre el Gobierno de Roberto Micheletti, según dijo su secretario general, José Miguel Insulza, recientemente en una rueda de prensa en Washington.
Sin embargo, está a la vez a la espera de una respuesta definitiva de las partes al llamado Acuerdo de San José, promovido por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
Micheletti reafirmó hoy que sigue implicado en el proceso de mediación de Arias, y ratificó su petición de que este envíe una misión a Honduras para ampliar el diálogo con sectores locales.
Arias presentó una propuesta de siete puntos a las partes enfrentadas en Honduras, después de que Zelaya ya hubiera declarado que para él dialogo había "fracasado".
Micheletti considera "indeclinable" su oposición al primer punto de la propuesta, el retorno de Zelaya al país y la Presidencia, pero ha sometido otros puntos a la decisión del Congreso y la justicia.
Si Zelaya "quiere venir a tomar posesión del Gobierno, bajo ninguna circunstancia", pero "si él quiere ir a los tribunales, bienvenido, porque allí lo están esperando", pues tiene pendientes varias acusaciones y una orden de captura, manifestó hoy Micheletti.
"Pero si él", enfatizó, "se sale de esa montaña donde está haciendo de guerrillero, y él viene aquí y se presenta (a la justicia) o no sigue con estas cosas, entonces yo con gusto" renuncio para que una tercera persona ocupe la Presidencia.
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