Hace calor en el Congreso de los Diputados. Será porque el ministro de Industria comparece y hay que bajar el aire acondicionado. La noticia es que lleva corbata, gris perla. Y también que a pesar de que viene a explicar el cierre de Garoña y la puesta en marcha del mercado libre eléctrico, se resiste a comulgar con el mensaje del presidente.
Evita pronunciar la palabra 'cierre' en referencia a la central nuclear de Santa María de Garoña, sustituyendo el verbo por 'prorrogar', y cuando ya no queda más remedio echa mano de la frase "la decisión adoptada por el Gobierno respecto al cese de actividad el 6 de julio de 2013". Una forma de expresarse mucho más acorde con su criterio, tal y como le ha recordado el diputado Emilio Olabarría del Grupo Vasco: "usted era partidario de prolongar la vida de la central". Prueba de ello, la ausencia de la firma de Sebastián en la orden ministerial que establece la fecha límite de existencia de la polémica planta nuclear. Por si a alguién le quedaba duda de cuál era su posición, el ministro ha aprovechado para aclararlo: "Una decisión que no pone en cuestión la energía nuclear en su conjunto".
La proximidad de las vacaciones dificultaba que la mermada presencia de sus señorías se centrase en los asuntos que se estaban tratando. En realidad, el ministro había contado en anteriores ocasiones los motivos en los que el Ejecutivo apoyaba su decisión. Y también había presumido repetidas veces de la liberalización del mercado eléctrico y de su 'bono social', una de las medidas de las que se siente más orgulloso a pesar de que la congelación de la tarifa de último recurso (TUR), sólo representa un ahorro de 0,70 céntimos de euro. Con orgullo, Sebastián ha cifrado en 2.970.000 los hogares que se han acogido al bono, aunque en realidad la mayoría se ha realizado de manera automática a los consumidores de menos de 3kW.
Lo más sorprendente ha sido la utilización del informe que hace sólo dos días hacía público la Comisión Nacional de la Energía (CNE), en el que durante la semana del 7 al 14 de julio ha analizado las ofertas que las comercializadoras anunciaban en sus páginas web calculando el coste anual del suministro para un cliente con un consumo de 8.000 kW al año. "El ahorro respecto a la tarifa de último recurso puede suponer hasta 28 euros en su factura anual de electricidad", tal y como consta en el informe , lo que se puede traducir en 20 días de electricidad gratis al año, teniendo en cuenta que el coste diario medio se sitúa entre 1 y 1,35 €. Miguel Sebastián, que se ha referido a la TUR como "tarifa refugio", contradice de esta manera el principio de esta tarifa protegida a la que 25 millones de consumidores se pueden acoger. ¿Cómo es posible que el recibo de una tarifa de corte social resulte más alto que el que se ofertan en el mercado libre?. Y eso que el estudio de la CNE es fiable sólo durante el periodo en el que se ha realizado, ya que las rebajas de las comercializadoras pueden variar de una semana a otra una vez cumplidos los objetivos de captación de nuevos clientes.
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