Toledo.- Eva María R.C., la mujer de 33 años, que murió el pasado sábado a manos de su ex pareja en la localidad toledana de Chozas de Canales "no acudió a declarar" al juzgado exclusivo de Violencia de Género número 6 de Madrid en relación con un anterior quebrantamiento de la orden de protección que se había impuesto al presunto agresor.
En una nota remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJC-M) se indica que la víctima, que residía en el barrio madrileño de Vallecas, había sido citada a declarar el pasado 16 de julio, es decir, diez días antes del suceso, pero, llegado el día, la víctima no acude a declarar.
El mismo juzgado dictó una providencia para que la mujer acudiera a declarar el 10 de septiembre próximo.
El procedimiento judicial arranca el 5 de diciembre de 2008 cuando el mismo juzgado madrileño abre diligencias tras la denuncia por presuntas agresiones de la ex pareja sentimental de la mujer fallecida, J.F.C.M., de 26 años y de nacionalidad portuguesa.
Desde ese momento, según el Tribunal Superior de Castilla-La Mancha, existe una orden de protección a Eva María que prohíbe al presunto agresor acercarse a la víctima a menos de 500 metros y comunicarse con ella por cualquier medio.
Tras iniciarse el procedimiento y como no hubo conformidad el juzgado de Violencia de Género remite el asunto al juzgado de lo penal número 19 de Madrid para su enjuiciamiento.
A la espera de la celebración de la vista oral en el juzgado de lo penal, que estaba señalada para el 4 de diciembre de 2009, el juzgado de Violencia de Genero recibió el atestado policial por quebrantar el hombre la orden de alejamiento, lo que volvió a incumplir el agresor el pasado sábado, en esta ocasión con consecuencias trágicas.
Eva María R.C., madre de dos hijos de una relación anterior, murió pasadas las ocho de la tarde en el domicilio que sus padres tienen en la calle Magdalena de la localidad toledana.
El agresor la golpeó con un jarrón de cristal, cuyos restos usó posteriormente para causarle varias heridas, algunas en la cara y en el cuello, y ello delante de la hija menor de la víctima, de seis años de edad.
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