El ganador de la última edición de 'Operación Triunfo' (Telecinco) se llama Mario, que es tanto como decir que se llama Macario, Lucía, Josefina o Leocadio. Olviden este nombre, Mario, puesto que no significa nada. Dentro de una semana el tal Mario será historia, otro muñeco roto devorado por esa máquina de fabricar esperpentos que es Telecinco. La última víctima de un programa agotado, que carece del menor interés y que, desde hace años, levanta mayor expectación por las groserías y broncas de Mejide y Vázquez, los auténticos Mario Bros, que por la calidad artística de los talentos a descubrir.
Ésta ha sido la final menos vista de las siete que lleva en antena el 'reality' de Telecinco: un 19% de share, lo que supone un descenso de más de 15 puntos con respecto al año anterior, en el que había alcanzado un 34,4%. Alrededor de 2.200.000 personas vieron esta gala final, dos millones menos que la gala del pasado año. Miserias en aumento, puesto que en la primera edición casi trece millones de telespectadores (68% de share) vieron ganar a Rosa.
Cuando un 'reality' funciona, todo parece indicar que se trata de una casualidad. Los cerebros de este medio de comunicación son incapaces de mejorar un buen arranque, de evitar que el éxito suponga el comienzo de la crisis. Pueden estirar el golpe de suerte, rentabilizar las primeras audiencias o alargar su desenlace, pero raramente consiguen hacer que el programa crezca, que resulte más atractivo con el paso del tiempo. Desde el comienzo, y una vez muerta la sorpresa, todo es agonía. Algo así podría suceder con el Gobierno de Zapatero...
Ya ha dado lo mejor de sí mismo. Traer a los soldados de Irak, las leyes del matrimonio gay y el aborto, mayor igualdad para la mujer... De un tiempo a esta parte, y después de avances sociales importantes y toneladas de fuegos artificiales, ZP se desinfla. Y lo hace al ritmo que marca su último 'triunfito'.
Protagonista perfecto de 'Españoles por el mundo', Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, ha pisado Gibraltar sólo unos días después de visitar Guinea Ecuatorial. Haciendo amigos. Primero le hizo el juego a un dictador sin escrúpulos. Y después, coincidiendo con el aniversario de la llegada del hombre a la Luna, puso el pie en un paraíso fiscal en el que somos recibidos con banderas enemigas. 'La foto de la vergüenza', tituló apocalípticamente El Mundo en portada y a cuatro columnas. La del peñón, no la de Obiang.
Mario, Risto, Vázquez, Moratinos... Todos los triunfadores mediáticos que deberían leer detenidamente esta frase del economista inglés Keynes: "La sabiduría convencional enseña que es mejor para el prestigio fracasar de modo convencional que triunfar no convencionalmente".
P.D.
El asunto político está muy tenso en España. Ya saben, que si el Gürtel, que si las subvenciones de Chaves... ¿Terminará la cosa como en el parlamento de Corea? Estas imágenes espeluznantes, un desencuentro por la nueva ley de comunicación, las ofreció el Telediario de TVE. Y es que hasta los coreanos saben que en la comunicación está el tomate...
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