México.- La organización ecologista internacional Greenpeace denunció hoy la precaria situación en la que se encuentran tres de los principales recursos forestales de México, producto de la ganadería extensiva, los cultivos comerciales y la voracidad de la construcción.
En un comunicado Greenpeace llamó la atención sobre el deterioro del ecosistema en Los Tuxtlas, en el estado oriental de Veracruz (Golfo de México); en la región Purépecha, en el estado occidental de Michoacán, y en el Gran Bosque del Agua, entre las ciudades de México, Cuernavaca y Toluca, en el centro del país.
Según la ONG, en 1981, el 62 por ciento de la cubierta vegetal natural de Veracruz, unas 4,4 millones de hectáreas, había sido transformada. El 49 por ciento para actividades agrícolas, el 49 por ciento para ganadería y el dos por ciento en selvas secundarias o tierras de barbecho.
En 2000 solo el 18 por ciento de la superficie total de Veracruz mantenía su vegetación original.
En Los Tuxtlas, la selva se redujo en un 56 por ciento entre 1967 y 1986. Entre 1990 y 1993 aumentó la tasa de deforestación en la región hasta un 9,4 por ciento anual, lo que redujo en un 50 por ciento la superficie forestal que quedaba.
En la actualidad, la selva está fuertemente fragmentada y cerca del 90 por ciento de la vegetación natural se ha perdido en los últimos 30 años.
En la región Purépecha, denunció Greenpeace, se produce el 75 por ciento del aguacate que consume el estado de Michoacán y el 65 por ciento comercializado en todo el país.
La superficie destinada a ese cultivo pasó de 31.000 hectáreas en 1980 a más de 106.000 en 2009.
Además, la continua sustitución de los bosques por este monocultivo podría comprometer el abastecimiento de agua en Tancítaro, uno de los municipios de la zona.
El volumen requerido en 2003 por la población local era de 7 millones de metros cúbicos al año, mientras que el agua necesaria para regar y fumigar las plantaciones era superior a los 18 millones de metros cúbicos anuales.
Esto equivale a la totalidad del volumen de captura de agua en el Pico de Tancítaro.
Por último, Greenpeace denunció que en el Gran Bosque del Agua, que alberga casi el 2 por ciento de la biodiversidad mundial, cada año se destruyen 2.400 hectáreas forestales, lo que equivale a nueve campos de fútbol por día.
Esa zona ayuda a regular el clima y la calidad de aire de la región, proporciona casi tres cuartas partes del agua que consume Ciudad de México y abastece a dos de los ríos más importantes del país, el Lerma y el Balsas.
Su principal amenaza es el avance de la mancha urbana a razón de una hectárea diaria, a pesar de que "en la actualidad todavía se considera que el 59 por ciento del territorio de la Ciudad de México es zona rural y forestal destinada a la conservación ecológica", afirmó la organización.
Los últimos datos arrojan que en 2000 había 206 localidades en el Gran Bosque del Agua, en las que vivían unas 56.000 personas, pero la situación se ha agravado.
En Ciudad de México, entre 1994 y 2000, las zonas urbanas ubicadas en regiones boscosas y rurales tuvieron un incremento de 7,3 por ciento, mientras que las áreas agrícolas aumentaron un 0,5 por ciento y los bosques disminuyeron a un ritmo de 400 hectáreas por año.
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