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La Junta está "encima" del problema y pide prudencia para que se concrete la solución

EFE
Actualizado 23-07-2009 17:18 CET

Valladolid.-  La Junta de Castilla y León está "encima" del problema de la papelera de Rottneros de Miranda de Ebro (Burgos), defendiendo el empleo, aunque ha pedido "prudencia" para que en los diez días que queda de plazo se pueda cerrar la "salida interesante" que propone el grupo inversor canadiense Intermills.

El consejero portavoz del Ejecutivo, José Antonio de Santiago-Juárez, se ha referido así a la protesta que han realizado hoy unos 130 trabajadores de la papelera en los aledaños de la sede de la Junta de Castilla y León en Valladolid para reclamar que agilice la llegada de la firma canadiense, dispuesta a hacerse con la empresa.

En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, De Santiago-Juárez ha insistido en que hay de plazo hasta el 31 de julio para que pueda formalizarse la propuesta de Intermills.

"Por prudencia empresarial hay que esperar a ver como se resuelve el asunto", aunque el Ejecutivo y la Consejería de Economía "están muy pendientes" de lo que suceda.

El presidente del Comité de Empresa, Francisco González, ha explicado hoy a los periodistas que reclaman que la Junta "se implique más en la llegada de ese grupo inversor", que ha presentado un proyecto para hacerse con las riendas de la papelera, diversificar la producción y ampliar la plantilla de 250 a 410 trabajadores en 2013.

El problema está en "el concurso de acreedores" que pesa sobre la fábrica de la multinacional sueca Rottneros, que sigue con su tramitación y con los administradores correspondientes, con el objetivo de liquidar la empresa, ha observado González.

Por ello, han reclamado tanto al presidente de la Junta, con quien ha hablado en dos ocasiones, como al vicepresidente económico, Tomás Villanueva, que "alineen a Rottneros y a los administradores para que haya un cambio de postura y se propicie una salida negociada" que permita continuar con la actividad de la papelera.

La multinacional sueca Rottneros anunció el cierre de la factoría tras fracasar las negociaciones entre la compañía y la Junta, con el correspondiente Expediente de Regulación de Empleo, y el inicio de protestas por parte de los trabajadores, que el sábado cumplen cien días acampados ante la sede del Gobierno autonómico en Miranda de Ebro.

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