Le Grand Bornand (Francia).- El luxemburgués Frank Schleck, ganador de la etapa reina de los Alpes, y su hermano menor Andy dieron, junto a Alberto Contador, un vuelco a la clasificación general y se subieron al podio desalojando del mismo después de una gran exhibición ofensiva a Lance Armstrong, que pasó del segundo al cuarto lugar.
Frank Schleck, de 29 años, ganador en Alpe D'Huez en 2006, fue el encargado de anotarse la etapa con permiso de Contador, que no discutió la victoria y entró segundo, con Andy tercero, todos con el mismo tiempo invertido -de 4h.53.54- en el trayecto de 169 kilómetros entre Bourg-Saint-Maurice y Le Grand Bornand.
El destrozó fue considerable. Lance Armstrong cruzó la meta junto al italiano Nibali (Liquigas) a 2.18 minutos, Andreas Kloeden a 2.26, Mikel Astarloza, el héroe de la víspera a 6.12 y Carlos Sastre a 7.47.
Un vuelco espectacular con una plaza que tiene dueño, la de Contador, quien tiene más de una rueda en París, de amarillo campeón. El podo adquiere tintes familiares, con Andy segundo a 2.26 y Frank tercero a 3.25. Un guantazo para Armstrong, en la plaza de la medalla de chocolate, cuarto, a 3.55. Y el alemán Kloden, el tercer Astana en el top cinco a 4.49.
El Tour adquiere un interés creciente en la lucha por el segundo y tercer puesto. Habrá batalla por la plata y el bronce entre Saxo Bank y Astana. La primera este jueves en la cronometrada de Annecy, y si falta otra cita, queda el terrible Ventoux. El Tour se anima en la tercera semana. Esa era la idea de la organización.
La etapa que sacó al Tour de los Alpes respondió a las espectativas, al deseo de ver a los gallos de la carrera en combate. Con un inicio explosivo, de los que cortan la respiración, con el ascenso al Roselend (1a, con 16 kilómetros en 6,6 por ciento), el protagonismo correspondió a Franco Pellizotti, empeñado en el maillot de la montaña y a Thor Hushovd, que reclamó ante una cámara de televisión la titularidad del jersey verde.
El italiano sumó los puntos en la cima del Roselend y el noruego pasó al frente el de Saisies y Araches. Esos fueron los prolegómenos de la madre de todas las batalla, la que se desencadenó en el Col de Romme, con 8,8 kilómetros a 8,9 por ciento de pendiente, y las más duras al final.
Carlos Sastre encendió la traca con dos tímidos ataques que no hicieron el daño deseado por el ganador del Tour 2008, que por primera vez en esta edición asomó con luz propia entre la alta jerarquía. Estirado el grupo, Andy Schleck reventó la carrera con dos demarrajes que solo pudieron seguir su hermano Frank, Alberto Contador y Andreas Kloden, o sea, dos Astanas contra dos saxo Bank. Apasionante duelo táctico con el peso para el dúo familiar, tal vez pensando más en el podio final de Parìs que en desbancar a Contador del maillot amarillo.
El hachazo de Andy descolgó a Armstrong, que ni alzó la mirada. El texano formó grupo con Wiggins, Vandevelde y Nibali. Pasaron por la cima a 1.03 y Sastre, que además tuvo la mala suerte de pinchar, se hundía a más de dos minutos. La etapa era cosa de cuatro ilustres a 25 kilómetros de meta.
Alberto Contador probó su 'reprisse' a 2 kilómetros de la cima de La Colombière (1a, 16 kms al 6,8 por ciento), un movimiento que cambió la cara de su director, pues solo consiguió quemar a su compañero Kloden. Los hermanos Schleck contra el líder. Los tres coronaron en cabeza, juntos. A 1.06 Kloden y a 2.06 Armstrong, que tuvo una reacción de raza, como en la víspera.
Los Schleck gestionaron el descenso de 15 kilómetros hasta Le Gran Bornand. Contador, a rueda de ambos. Alguna que otra charla y palmaditas en la espalda del español a Frank. La negociación por la victoria. Por detrás Armstrong bajaba volando, con Kloden intercalado.
Las palmaditas adquirieron significado a 2.000 metros de la pancarta. Contador impulso un par de veces a Frank, otra a Andy. "La etapa para vosotros pero daos prisa", parecía indicar el madrileño a sus compañeros de fuga.
Así fue. No hizo falta el paripé de Contador en el esprint, que, gentilmente cedió el paso al mayor de los Schleck. Un respeto a la edad, ¿no?. Frank logró su segunda victoria en el Tour, para orgullo del padre, Johnny Schleck, profesional del ciclismo durante una década.
"Dije que estaríamos los dos en el podio y me dijeron que estaba loco. ¿Veis cómo no es imposible?.
Pues no, el maillot blanco de mejor joven está cuerdo, y dispuesto a apretar a Contador, que volvió a lucir el maillot de líder con grandeza, ajeno a los negocios de su compañero Armstrong y su director, Johan Bruyneel, que parecen más preocupados por el futuro de ambos con el Tour aún en juego.
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