FRANCIA.- El ciclista español Mikel Astarloza (Euskaltel), uno de los más combativos del Tour de Francia, se adjudicó el triunfo en la decimosexta etapa del Tour de Francia, la 'segunda' de Los Alpes que discurrió sobre 159 kilómetros entre Martigny y Bourg-Saint Maurice, y en la que Alberto Contador (Astana) conservó sin apuros el maillot amarillo, pese a los intentos de tensar la carrera de Andy Schleck (Saxo Bank) en la ascensión al Petit Saint Bernard, de primera categoría y cuya cima se encontraba a treinta kilómetros de la meta.
Astarloza, sensiblemente emocionado en línea de meta y que festejó con rabia y alegría la tercera victoria del Euskaltel en la ronda gala, completó una gran jornada de toda la formación vasca con un ataque a dos kilómetros del final, cuando marchaba junto a otros tres compañeros -Pellizotti, Van den Broeck y Moinard- en la fuga del día, que no encontró respuesta y que le permitió elevar los brazos y mostrar el júbilo de quien consigue el propósito en la mente de cualquier ciclista, ganar en la ronda gala.
El triunfo del ciclista vasco, que además persigue un hueco entre los diez primeros de la 'Grande Boucle', compartió protagonismo con la reacción de genio de Lance Armstrong. El movimiento del pequeño de los Schleck en la última ascensión de la jornada permitió comprobar, de un lado, la fortaleza de Contador, que ni parpadeó para engancharse a su rueda y defender su jerarquía en este Tour, y del otro, mostrar el enésimo detalle espectacular del campeonísimo Lance Armstrong.
Andy Schleck lanzó la carrera en las rampas del Petit Saint Bernard. Vincenzo Nibali (Liquigas) respondió sin titubeos, así como Bradley Wiggins (Garmin), Kloden (Astana) y por supuesto un enorme Contador. En la mente de todos la ausencia de Armstrong, que ni siquiera amagó con perseguir a aquellos que aspiran al podio que todavía ocupa el texano.
Los hermanos Schleck insistieron en su arrancada y forzaron el ritmo en ese grupo de 'escogidos'. En instantes la brecha con Arsmtrong era de 40 segundos. Era la despedida de una leyenda del Tour. El americano parecía además impasible, engullido en un pequeño grupo que derramaba sus gotas de sudor para alcanzar la cima del 'pequeño' Saint Bernard.
Era la viva imagen de otro genio caído, aquel Miguel Indurain que no se despegó del sillín en Les Arcs en 1996 tras un ataque de Bjarne Riis. Pero la historia que parecía así escrita se borró por completo con una reacción mayúscula del heptacampeón del Tour. Todo orgullo y pundonor, recuperando esa cadencia que le hizo parecer sobrehumano en tantas etapas de montaña, Armstrong arrancó y no paró hasta ingresar en ese grupo de elegidos. Recuperó 40 segundos en apenas un kilómetro cuando parecía derrotado.
Sin sentarse en el sillín, impulsando sus bielas con una enorme fuerza y todo el Tour centrándose en su figura, Armstrong dejó uno de sus últimos detalles para seguir defendiendo la segunda plaza, un podio que sería histórico para un ciclista de 37 años y que regresa a la alta competición tres años después para exponer su gloria ante la juventud de los nuevos campeones.
Este escenario cautivó la segunda etapa de Los Alpes en la que tampoco hubo incidencias para la general. Contador es ya amarillo y no parece que haya rivales, salvo un joven Andy Schleck al que todavía le queda camino por recorrer. El resto de los que partían en Mónaco ya no existen, ni Evans, ni Menchov ni Sastre, y los nuevos -Wiggins o Nibali- tampoco emergen con suficiente envergadura para inquietar a Contador.
ASTARLOZA, DE NUEVO PROTAGONISTA
La lucha realmente se traslada ahora al podio y al 'todos' contra Armstrong. Ahora será emocionante comprobar cómo se defiende el sobresaliente texano, en el último gran desafío de su carrera. Para el resto de premios de este Tour hubo la habitual lucha desde el Grand-Saint Bernard, un 'hors categorie' de salida que permitió a Franco Pellizotti asegurarse su maillot de los puntos rojos y protagonizar la fuga de la jornada.
A él se unieron en el momento clave, en los últimos treinta kilómetros de la etapa, todos en descenso, el español Mikel Astarloza (Euskaltel), Amanel Moinard (Cofidis) y Jurgen van den Broeck (Silence-Lotto). Los cuatro llegaron destacados hasta los seis últimos kilómetros, momento en el que se jugaron el triunfo parcial. Astarloza esperó su momento, cuando restaba kilómetro y medio para meta y su arrancada no encontró respuesta para dirigirse en solitario a una línea de meta que saboreó con gesto de rabia, de quien sabe que lo merecía.
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