Oria aboga por gestionar de otro modo la anchoa cuando se levante la veda

Santander.-  El consejero de Desarrollo Rural de Cantabria, Jesús Oria, ha advertido de que si la recuperación de las reservas de anchoa en el Golfo de Vizcaya permite en algún momento que se levante la veda establecida en 2005 se necesitará un nuevo modelo de gestión de la pesquería por parte de España y Francia.

Hasta que se decretó la primera veda, las costeras de la anchoa (o bocarte) se regían por el total admisible de capturas fijado cada año por el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea (30.000 toneladas en 2005) y por los acuerdos bilaterales entre España y Francia, en virtud de los cuales la flota española transfería a la francesa un diez por ciento de sus derechos totales de pesca.

En una entrevista con EFE, el consejero responsable de Pesca de Cantabria defiende de que, si se vuelve a pescar anchoa, con la cantidad que se determine, no será del mismo modo.

"Tiene que haber un nuevo modelo de pesca en la anchoa y en todas las pesquerías. Esa idea que hoy te siguen transmitiendo todavía los pescadores de 'es que si no lo cojo yo, lo cogerá el barco de al lado' tiene que ir desapareciendo. Hay que pescar con absoluta racionalidad, porque se está reduciendo la biomasa de muchas especies y algunas están desapareciendo", apunta Oria.

El consejero cántabro subraya además que es probable que el sistema de compensaciones a la flota por la veda sea dificultado "precisamente por no existir un modelo de gestión".

Y recuerda que, desde que comenzó la veda, el Gobierno de Cantabria ha gastado casi cinco millones de euros en esas ayudas.

Durante el semestre en el que representó a las comunidades autónomas en las negociaciones del Consejo de Ministros de Pesca, Oria percibió que "la Comisión Europea quiere por todos los medios implantar un plan de gestión de todas las pesquerías y, en concreto, de la del bocarte, aunque sólo afecte a dos países".

Jesús Oria está convencido de que España y Francia tendrán que ponerse de acuerdo, porque "cuando la UE se propone algo y se ve que es bueno para todos, hay que acabar tragando, entre comillas".

"Un plan de gestión es bueno y será aceptado. No queda más remedio", sentencia el consejero cántabro, que recuerda la importancia que la anchoa tiene para su región, donde suponía el 60 por ciento de los ingresos anuales de la flota de bajura y era la principal materia prima de su industria de semiconservas de pescado.

Jesús Oria precisa que el resto de las grandes costeras del año, como la del verdel o la del bonito, no llegan a compensar la pérdida que supone la falta de anchoa, aunque sean abundantes.

En cuanto a la industria conservera, explica que ésta ha diversificado su actividad hacia otros productos y sigue elaborando filetes de anchoa en salazón con pesca importada de otros países, sobre todo de Croacia, en estos momentos.

El consejero de Desarrollo Rural de Cantabria siempre ha sido partidario de establecer algún tipo de etiqueta de calidad común para la anchoa del Cantábrico y para aquella otra que, aunque proceda de otros caladeros, ha sido manufacturada en la comunidad.

Oria admite que la industria del sector ha tenido durante años reticencias al respecto, pero también recuerda que "se estaba a punto" de llegar a un acuerdo cuando fue necesario prohibir la pesca de la anchoa en el Cantábrico porque peligraba la especie.

Por eso cree que, si la veda se retira, ése sería un buen momento para retomar la cuestión y para establecer dos marcas de calidad: una para la anchoa elaborada en Cantabria con pesca del Cantábrico y otra para la manufacturada en la región con pesca de otros lugares.

"Espero que cuando se vuelva a pescar la anchoa del Cantábrico podamos poner orden y que el consumidor sepa exactamente lo que está comprando y consumiendo", dice.