Logroño.- La depuradora de Logroño dispone de un sistema único en España que permite filtrar los fangos procedentes de las aguas residuales para conseguir 12.000 toneladas anuales de lodos que se utilizan como abono agrícola.
El gerente del Consorcio de Aguas y Residuos de La Rioja, Juan José Gil Barco, ha explicado a Efe que con este sistema, instalado en febrero pasado, el Gobierno regional se ha adelantado al cumplimiento del borrador de una directiva europea que sólo se aplica en algunas plantas de Dinamarca y Alemania.
El agua residual, procedente de Logroño y de los municipios de la cuenca del Iregua, es tratado en la estación y, una vez depurado, se vierte al río Ebro.
Así, durante 2008 se depuraron unos 22 millones de metros cúbicos de agua, con una media diaria de 60.000 metros cúbicos.
En este proceso se filtran fangos, que tienen un elevado contenido en materia orgánica y se pueden aprovechar como "enmienda agrícola", una sustancia que aporta estructura y nutrientes al suelo, aunque después haya que enriquecerlo con un abono específico, ha detallado el gerente de este Consorcio.
Estos lodos contienen elementos patógenos, como bacterias, virus y protozoos, en concentraciones que no son peligrosas para la salud pública, según Gil Barco.
Sin embargo, la estación depuradora ha optado por purificar el fango con un proceso de higienización, mediante un sistema de pasteurización, que aún se encuentra en período de pruebas y que somete al lodo a una temperatura de 70 grados durante una hora.
Después, esta materia pasa a un proceso de digestión, en el que la materia volátil de los fangos -que produce putrefacción y malos olores- se elimina mediante vapor de agua y metano, que se quema en unos motores y genera energía eléctrica.
Este sistema de higienización ha obligado a instalar un nuevo motor de gas en la planta, ya que el calor recuperado de la generación de energía del biogás -producido durante el proceso de digestión anaerobia de los fangos- no cubre todas las necesidades para mantener la temperatura necesaria para este proceso.
Este motor también está preparado para usar gas natural como combustible si fuese necesario.
Por otro lado, el biogás que se genera en la planta suministra el 55 por ciento de la energía que se consume en esta instalación.
Además, el gas obtenido durante el proceso de digestión de los fangos se utiliza para alimentar dos generadores que producen la energía eléctrica necesaria para la planta.
En un futuro, ha estimado Gil Barco, puede que los costes de explotación de esta energía sobrante compensen los gastos de esta planta, por lo que se generalizaría su instalación en el resto de depuradoras de España.
La normativa sobre las aplicaciones de fangos en la agricultura regula el uso de estos lodos en determinados cultivos, según el análisis de sus componentes, que deben contener unas cantidades mínimas de metales pesados y otros componentes.
Antes de utilizar estos lodos, se analiza el nivel de nitrógeno y fósforo de la superficie de cultivo, para equilibrar la dosis de nutrientes con el abono mineral que tiene que añadir el agricultor y evitar contaminar el suelo.
Este subproducto de las aguas residuales es gratuito para los agricultores, además, su gestión para depositarlo en un vertedero tendría un coste económico muy elevado, ha destacado Gil Barco.
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