Madrid.- La visita a Gibraltar del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el próximo martes es el colofón a la política de cooperación y diálogo entablada en los últimos cinco años con la colonia y el Reino Unido en los que la discusión sobre la soberanía ha quedado a un lado.
La llegada del PSOE al poder abrió una nueva página en las relaciones con Gibraltar y el Gobierno británico, después de dos años de inacción que sucedieron a las últimas negociaciones sobre soberanía que se desarrollaron en 2002.
En aquel entonces, el ex ministro de Exteriores del PP Josep Piqué estuvo a punto de cerrar un acuerdo con el Reino Unido para que España compartiera la soberanía del Peñón, en litigio desde la ocupación británica en 1704 y la cesión definitiva por el Tratado de Utrecht (1713).
Desvanecido este posible pacto, la política hacia la colonia en el último lustro ha estado marcada por el Foro de Diálogo, creado en diciembre de 2004 para impulsar la cooperación y consensuar medidas en favor de la población del Peñón y de la comarca del Campo de Gibraltar.
En esta mesa de debate, España, Reino Unido y Gibraltar gozan de igualdad de condiciones, aunque con la salvaguarda de que la colonia es un territorio de la Corona británica sin estatus de estado independiente.
La primera reunión ministerial fue en Córdoba en septiembre de 2006 y se saldó con un resultado calificado de "histórico" por los acuerdos sobre el uso del aeropuerto del Peñón, el pago de pensiones a españoles empleados en Gibraltar, la mejora del tránsito de la verja y la modernización de las telecomunicaciones.
La segunda reunión del Foro se celebró en Londres el 2 de julio de 2008 y las tres partes acordaron incrementar la colaboración en seis áreas: medio ambiente y tráfico marítimo, servicios financieros, lucha contra la criminalidad, política de servicios financieros, bilingüismo, cooperación judicial, aduanera y policial y cuestiones relacionas con los visados.
Sobre estas materias, se firmarán el próximo martes otra tanda de acuerdos coincidiendo con la presencia en la colonia del primer ministro español de Exteriores.
El período de colaboración y diálogo no ha estado exento de desavenencias en áreas como la cooperación marítima en materia policial y medioambiental por el pleito sobre las aguas territoriales que España niega al Peñón.
Accidentes como el del buque chatarrero "New Flame" en 2007 o conflictos de competencias entre patrulleras de la Guardia Civil y guardacostas gibraltareños han dado pie a desencuentros que se pretenden ahora solventar, aunque dejando abierta la disputa jurisdiccional del espacio marítimo.
Otro episodio reciente que causó "malestar" en el Gobierno por "herir la sensibilidad de la población española" fue la visita al Peñón de la princesa Ana de Inglaterra el pasado mes de febrero para inaugurar un centro médico.
Aunque las conversaciones sobre la soberanía avaladas por la Declaración de Bruselas de 1984 permanecen congeladas, España sigue defendiendo ante la ONU el proceso de descolonización del Peñón.
Frente a esta demanda, las autoridades de Gibraltar reivindican el derecho a que sus 30.000 habitantes decidan por sí solos el futuro de la última colonia de Europa.
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