Lleida.- Los Bomberos han dado por controlado esta noche el incendio que quema desde el mediodía de ayer en tres poblaciones de la provincia de Lleida, que ha afectado a unas 5.100 hectáreas, convirtiéndose en el más importante de este verano en Cataluña, y que, además, se ha cobrado una vida humana.
Unas setenta dotaciones terrestres de los bomberos y seis aéreas han trabajado durante todo el día para controlar los focos de fuego que aún quedaban activos y remojar las zonas quemadas para evitar que el incendio se reavivase.
El centro de control del incendio se ha ubicado en Guissona (Lleida), desde donde se han coordinado las labores de extinción del fuego, que se han visto complicadas por la fuerte acción del viento, aunque en menor medida que ayer.
Según datos ofrecidos hoy por la Generalitat, un 73% de las más de 5.000 hectáreas que han quemado las llamas son agrícolas, aunque a diferencia del incendio que ya hubo en esta zona a principios de mes ha afectado a campos ya segados.
También ha afectado a masa forestal, en su mayor parte matorrales y pocos árboles.
Las poblaciones más afectadas por el fuego han sido Oliola, con 1.820 hectáreas quemadas, Cabanabona con 953 y Florejacs con 906.
El incendio también ha afectado a campos de los términos municipales de Agramunt, Artesa de Segre, Biosca, Sanaüja y l'Aguda.
Los vecinos de estas poblaciones pasaron gran parte de la noche del viernes al sábado en vela debido a que se vieron envueltos por grandes columnas de humo y en algunos casos hasta llegaron a ver las llamas cerca de sus casas.
Este es el caso de pequeños núcleos como el de Cabanabona y Selvanera, un agregado a Agramunt, cuyos habitantes han tenido que luchar contra el fuego con mangueras y labradoras.
En el caso de Sanaüja, aunque finalmente el viento pasó de largo, los vecinos se quedaron confinados en el pueblo ya que por razones de seguridad los Bomberos cerraron los accesos al municipio.
El viento hizo avanzar rapidez al fuego a los largo de las comarcas del Urgell, la Noguera y la Segarra y aunque finalmente no fue necesario desalojar ninguna población el incendio ha dejado numerosos daños materiales.
Según un primer inventario de la Generalitat, se han contabilizado más de 15 cobertizos quemados, muchos tractores y maquinaria agrícola diversa y dos explotaciones ganaderas en las que han muerto 7 u 8 terneros y unos cincuenta cerdos ibéricos.
El gobierno catalán estudiará la posibilidad de declarar la zona como catastrófica ante estas pérdidas.
La pérdida más lamentable ha sido, sin embargo, la de una vida humana, un vecino de Guissona de 87 años de edad que ayer por la tarde intentó acceder a una finca de su propiedad en Cabanabona y cuando estaba circulando con su vehículo por uno de los caminos de la población se vio sorprendido por el fuego y al intentar huir volcó su coche, salió del mismo y se desorientó, falleciendo entre las llamas.
La Generalitat ha apuntado que la causa más probable del incendio fue la caída ayer de una torre eléctrica en una finca de Agramunt, aunque Fecsa Endesa ha señalado que no es posible porque el palo cayó horas después del inicio del fuego.
Tanto el gobierno catalán como la compañía llevarán a cabo una investigación para intentar descubrir las causas del suceso.
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