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Confirmado, Scarlett es sólo fachada

Por ALBERTO MORENO (SOITU.ES)
Actualizado 13-07-2009 19:53 CET

Ahora que Francis es pasto de la indiferencia con 'Tetro' va a resultar que Sofia Coppola es la buena de la familia, y quizá la que mejor rendimiento ha sido capaz de sacar a Scarlett, castaña, de visita hoy por Madrid. Es la nueva imagen de Mango. Chica Allen que sustituye a chica Allen. En unos tiempos en los que Pe está en la cresta de la ola, Scarlett tiene que aglutinar cuantos más proyectos extracinematográficos y contratos de imagen mejor. Las pelis se le están atragantando.

Sí, hombre, ha sido dejar de ser patito feo para que todos se enamoraran de ella y convertirse en la diana de la crítica. Pequeña, rubita, de labios muy turgentes ya desde los 14 años, era muy difícil no encariñarse con su fragilidad en 'El hombre que susurraba a los caballos', con ella, coja, y Robert Redford, de vaquero fumador de Marlboros metido a psicoterapeuta. Buen padrino en una peli larga y algo manipuladora que, pese a sus casi tres horas, era bastante digesta.

Teníamos una promesa adolescente. Y como era la rechoncha de la pandilla, decidió que se haría indie, un terreno en el que alguien que no era un producto y que además contaba con los avales del padre de Sundance debería caer bien. En 'Ghost World' se puso enfundó una falda plisada, leotardos y botas Doc Martens para no parar de secretar bilis por la boca. Los comentarios ácidos le quedaban bien. Era tan mala que era buena. ¿Y guapa? Sí, daba la sensación de que con un lavado de cara y una coleta sus mofletes de antaño podía convertirse en una carne de lo más aprovechable. De ello se dio cuenta Peter Webber, que la hizo musa de su Vermeer ficiticio y Sofia, claro, que le dio, como ya hemos dicho, el papel de su vida.

Chica desorientada y con jet lag que engatusaba a un Bill Murray otoñal y con jet lag. En esa película Bill Murray éramos todos (y todas). ¿Qué pasa si te vas a un bar de hotel en el rincón más perdido del mundo y te encuentras a una rubia, cotorra y desvalida? Pues que te enamoras, como le pasó a Woody Allen. Dos años después de 2003, su mejor año con diferencia, el director neoyorquino decidió hacer de ella su nueva Mia Farrow y comenzó a abonarla a todos sus rodajes. Primero, 'Match Point', en la que consiguió sacar de ella un registro enormemente sensual en la primera hora del metraje, aunque con la deriva psicótica que va adquiriendo su personaje a medida que avanzan los minutos, ella, del mismo modo, se fue desdibujando. 'Scoop' no la vio nadie en EE.UU., y en 'Vicky Cristina Barcelona' rayó el año pasado (toda la crítica estuvo de acuerdo) muy por debajo de Rebecca Hall y Pe.

Sería que su papel era el menos matizado o que no supo muy bien qué hacer con él. Una maldad: nadie la consideró nunca para los Óscar por su registro psicótico de 'Match Point' del mismo modo que las líneas de Allen sí sirvieron para encumbrar a nuestra chica de Alcobendas; y una cosa está clara: Dostoievski no es peor inspirador de guiones que el ayuntamiento de Barcelona.

Scarlett, no lo negaremos, es más guapa que una puesta de sol, puede que sus labios sean los más besables del planeta (y copiados en las clínicas de cirugía estética de Beverly Hills) en cerrada competencia con los de Angelina, y que su culo esté muy cerca en número de fans al de J.Lo, pero parece que algo falla con esta preciosidad. ¿Por qué todos piensan que Scarlett es estupenda pero nadie la tiene en cuenta para los premios a las mejores interpretaciones anuales? ¿Por qué es portada de todas las revistas de cine y moda pero sus películas se ven tan poco?

Porque si lo analizamos con números en la mano, y no con la percepción que tenemos de ella, no es una actriz demasiado rentable. Sus trabajos hacen una media de recaudación de 25 millones de dólares por los 30 de Jessica Biel, los 45 de Jessica Alba, los 37 de Jennifer Lopez, los 49 de Angelina, los 87 de la Portman o los escandalosos 220 de Megan Fox, que id a saber por qué, no tiene ningunas ganas de que la comparen con ella. "No quiero ser como Scarlett Johansson. No quiero tener que ir a los 'talk-shows' y utilizar cada palabra culta que he aprendido para demostrar algo así como: Tomadme en serio, soy inteligente, puedo hablar. No quiero tener que hacer eso, me molestaría tener que estar demostrando que no soy retrasada", declaró la protagonista de 'Transformers' a Esquire hace poco. Menuda enemiga de altura que te has ganado, Scarlett.

Lo dirá por su vena intelectual, la que cultiva en el disco tributo a Tom Waits o en sus pinitos tras las cámaras —iba a debutar como una de las directoras de la coral 'New York, I Love you', aunque al final se ha quedado fuera por no pasar el filtro de calidad, criba que si ha superado su hermana Bolena, la Portman—.

Y tampoco es que sea tan erudita, o se pase el día enterrada entre un montón de guiones de bajo presupuesto gafapastas. 'La isla', 'La dalia negra' y 'The Spirit' quisieron comerse la taquilla y con ella como florero, fracasaron miserablemente. Ahora se ha sumado al reparto de la segunda parte de 'Iron Man', lo que parece una apuesta segura. Si la franquicia que ha resucitado a Robert Downey Jr. y a Gwyneth Paltrow, y que el año pasado pegó un petardazo taquillero incontestable en su debut, se hunde con ella a bordo, no será raro que todos los dedos señalen a Scarlett como una tía que es sólo fachada, y además bastante gafe.

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