¿Alguien cree que la dimisión de Bárcenas podría ser transitoria?

"Que Bárcenas dimitiría en cuanto se produjese una imputación formal o cuando el magistrado instructor acordase presentar el suplicatorio es lo que ha circulado como doctrina oficial del grupo desde el primer momento. El propio Bárcenas lo acaba de ratificar por escrito en los medios (en la entrevista que publica el diario ABC)". Un miembro del comité ejecutivo popular expresa el sentir general de la dirección del partido de la oposición ahora que el círculo alrededor del tesorero se estrecha cada vez más. Claro que, mientras el responsable de las finanzas habla de dimisión 'transitoria', en las filas populares no cabe duda de que "si se sienta en el banquillo, habrá que suspenderlo definitivamente", tal y como asegura la misma fuente.

Durante el fin de semana han circulado por los medios de comunicación mensajes veladamente amenazantes referentes a información comprometedora en poder de Bárcenas sobre destacados dirigentes populares. Aznar o Esperanza Aguirre figuran en la lista de posibles afectados. "Aznar está tranquilo. Desde el primer momento tiene una seguridad total de que no hay nada de nada que le relacione con esa gente de Gürtel", asegura un diputado muy cercano al ex presidente del Gobierno.

Aguirre ha pedido a Bárcenas de rodillas que haga pública la información que tiene sobre ella, con la socarronería que la caracteriza. El tesorero se ha ido poniendo nervioso desde que el Tribunal Supremo admitiese el pasado 23 de junio la investigación que le liga a la trama corrupta de Correa. "Es normal que se haya hartado de que se publiquen cosas que dicen que ha dicho. Por eso se ha decidido a dar su propia versión. Lleva meses conteniéndose pero todo tiene un límite. Él mismo ha pedido declarar", opina un compañero de partido.

Aunque públicamente sólo Martínez Pujalte ha pedido a Bárcenas reflexionar, el portavoz en Génova, Estebán González Pons, ha reconocido que dentro del partido "existen muchos más que piensan como el veterano diputado". Y que siguen viendo en José María Aznar un ejemplo a seguir. "A Aznar le avala su comportamiento. Cuando llegó al poder se encontró con el caso Naseiro y cortó por lo sano. Lo mismo sucedió con Gabriel Cañellas, presidente de Baleares al que sustituyó sin miramientos en el verano del 95. Ambos estaban implicados en temas de financiación ilegal pero Aznar no esperó a que hubiera sentencia en firme, lo cual sirvió para que en ocho años de gobierno no hubiera un escándalo de corrupción. Su mensaje de 'quien la hace la paga' era contundente. Todo esto comenzó en 2006. A Aznar ni le va ni le viene, ni le toca nada de esto", aclara una fuente cercana a FAES, la fundación que preside.

Sin embargo, el equipo que rodea a Rajoy continúa fiel a la línea marcada por el presidente del partido de apoyar a Bárcenas, Camps y Costa hasta que una sentencia en firme los condene. "Hay una imputación formal pero por hechos de una cuantía irrelevante dados sus puestos. A un presidente autonómico no se le puede exigir que dimita por un 'cohecho pasivo impropio' de 2.500 €. A miembros del Gobierno les regalan pañuelos de Hermes de más de 1.000 € y no los devuelven. Los regalos están donde se toman decisiones. Es lógico pedir que se demuestre la acusación antes de obligar a nadie a una renuncia que no tiene vuelta atrás. De lo contrario, cualquiera podría presentar una denuncia y provocar dimisiones", asegura un diputado del círculo de confianza de Rajoy.

El argumentario del partido está repleto de razones para cimentar la postura de la dirección. Entre el abanico que se maneja para intentar convencer a los periodistas, destaca el que apunta directamente a los regalos que las empresas y los gobiernos, tanto autonómicos como central, envían a los propios periodistas en Navidad. "¿Cúal es la cuantía aceptable de esos regalos? Y las comidas entre periodistas y políticos, ¿quién las paga? Yo jamás acepto que me inviten, por ejemplo. Ya sé que los intercambios institucionales forman parte de la política de relación corporativa pero son un error. Porque el valor económico no es lo cuestionable, sino el hecho en sí", comenta un diputado de confeso espíritu jacobino al que lo de que el límite en los regalos lo marca el sentido común no le convence.