Ahora que parece que ya se ha tomado una decisión sobre Garoña, quizá sea un buen momento para plantear, de la manera más rigurosa posible, el debate sobre si es interesante invertir en nueva nuclear o no, tal como dice nuestro ministro Sebastián, tanto desde el punto de vista de la sociedad como de las empresas. Y sobre todo, es interesante debatirlo en el contexto del modelo energético que tenemos y de aquel al que queremos llegar.
Por supuesto, siempre se puede pensar que, si se ha cerrado Garoña, no tiene ningún sentido hablar de nuevas nucleares... pero como se va a seguir hablando de ello, creo que siempre viene bien tener toda la información posible para tomar las mejores decisiones o defenderlas. Y en especial, creo que es fundamental tener una idea lo más clara posible de los costes de la nueva nuclear. Hay gente que dice que la nuclear es muy barata, y gente que dice que es muy cara. Y resulta difícil contrastar estas afirmaciones, porque generalmente no se aportan números, o si se hace, no se aportan los parámetros del análisis, con lo cual se hace imposible comparar.
Como decía, lo ideal para la sociedad es tener toda la información posible, y decidir en función de eso. Ése fue el objetivo de una Jornada que organizó la Asociación Española para la Economía Energética hace unos días en Madrid. En esta jornada presentamos un estudio (ver pdf) que acabamos de terminar en Comillas sobre la rentabilidad económica de la inversión en nuevas centrales nucleares, y que actualiza los resultados de un estudio previo. La actualización viene fundamentalmente de los cambios en los costes de construcción de las centrales eléctricas (generalmente han aumentado en los últimos tiempos), y también en los precios de los combustibles, en el crecimiento de la demanda, etc.
Lo que tratamos de hacer con este estudio es básicamente determinar cuánto debería costar la nuclear para ser competitiva en un sistema eléctrico como el español en los próximos diez años (aunque su vida útil sea mayor). Es decir, supuesto que la inversión en nuevas nucleares es posible desde el punto de vista legal (ahora mismo lo es), cuánto debería costar para que a un agente privado le resultara rentable la inversión en una nueva central nuclear (suponiendo una tasa razonable de rentabilidad). Luego comparamos esto con lo que cuesta ahora mismo construir una nueva central. Si lo primero es menor que lo segundo, las nucleares son realmente más baratas para el sistema, y por tanto, las implicaciones económicas para los consumidores son positivas, porque pagarán menos por su electricidad (aunque esto en realidad viene determinado por la tecnología al margen, que sólo será la nuclear en algunas horas). Si no, el invertir en nuclear supondrá tener que pagar más por ello que por otras alternativas. Por supuesto, subrayo que sólo estamos considerando coste económico, y que hay otros factores que considerar.
Nuestro punto de partida es la reciente actualización del estudio del MIT sobre la nuclear (ver pdf). Pero los números del MIT están hechos "en vacío", sin tener en cuenta el sistema eléctrico en el que se construirían las nuevas centrales, ni considerar otras posibles restricciones o tecnologías más que el carbón o el gas. Nosotros creemos que este análisis debe hacerse teniendo en cuenta aspectos como el crecimiento de la demanda de electricidad, los objetivos de renovables, el efecto de los precios del gas o del CO2 en los precios de la electricidad, etc. Por eso, partimos de los mismos supuestos de costes para tecnologías que MIT, pero los integramos en un modelo de simulación de evolución del sector eléctrico español, y vemos cuál debería ser el coste de la nuclear para realmente ser rentable (y por tanto beneficiosa desde el punto de vista económico).
Los resultados que obtenemos son: que, bajo un escenario intermedio, el coste overnight de una central nuclear debería ser inferior a 2.900 euros por kW de potencia instalada (si una central nuclear tiene 1.000 MW de potencia, debería costar menos de 2.900 millones de euros). En un escenario muy favorable para la nuclear (altos precios del gas, altos precios del CO2, objetivos bajos para las renovables, bajos costes de financiación, alta disponibilidad, y plazos de construcción reducidos) el coste debería ser inferior a 3.600 euros por kW. En un escenario desfavorable, el coste debería ser inferior a 1.200 euros por kW. Por supuesto, y como casi todos los estudios, el nuestro y sus resultados tiene unas cuantas limitaciones: las principales son que no suponemos volatilidad en los costes de los combustibles fósiles (si lo tuviéramos en cuenta, sería más favorable para la nuclear), ni tampoco la intermitencia en la generación con algunas energías renovables (si la consideráramos, la nuclear saldría perdiendo frente al gas).
Y los resultados, ¿cómo se comparan con los costes de las centrales que se están comenzando a construir ahora (o más bien, a solicitar autorización para ello) en países desarrollados como el nuestro? Pues en EEUU, que es una buena referencia, los costes están entre 2.600 y 3.600 euros por kW (el MIT utiliza como referencia media 3.000 euros por kW). Es decir, que bajo un escenario medio, parece que la nuclear actualmente cuesta más (3.000) que lo que debería (2.900) para ser rentable. Si bien bajo un escenario favorable sí sería rentable, también hay que decir que para uno desfavorable (y no necesariamente menos probable) la rentabilidad es muy dudosa. Y esto, siempre que no haya desviaciones presupuestarias, muy frecuentes en el pasado (se puede consultar en el informe del MIT del año 2003). Con desviaciones como las que ha habido en el pasado, ni siquiera en el escenario más favorable podría ser rentable la nuclear.
Con todos estos datos, ¿qué conclusiones podemos sacar? Creo que dos principales. La primera es que la rentabilidad de la energía nuclear no está clara. Más bien pasa a ser un problema de gestión de riesgos: será rentable sólo si tienen lugar los escenarios más favorables, y no lo será en caso contrario. Dependiendo de la percepción de los inversores (o de la sociedad) de cuáles son los escenarios más probables, la nuclear podrá ser rentable o no serlo en absoluto. Si usamos por ejemplo los 3.000 euros por kW como referencia, vemos que sólo en 4 escenarios de 21 analizados es rentable la nuclear (aunque puede ser que justamente esos sean los más probables…). La segunda conclusión es que esto sólo es cierto si no hay desviaciones presupuestarias. Si aparecen estas desviaciones, e incluso aunque sean más pequeñas que antes (un 50% de desviación ya sería inviable, y se han visto de hasta el 380%), la construcción de nuevas nucleares no tendría ningún sentido económico.
Lo que parece, visto todo esto, es que el famoso "trade-off" de que si no queremos nuevas nucleares, tendremos que pagar más por nuestra electricidad, no es tan cierto, ya que sólo se cumple bajo determinados escenarios (otra cosa es la nuclear existente, ver más abajo). Lo que parece más bien es que es posible que la inversión en nuevas centrales nucleares resulte más costosa que otras alternativas. Otra cuestión por supuesto es que podamos estar dispuestos a asumir este mayor coste (o esta incertidumbre respecto a él) para conseguir otras posibles ventajas de la nuclear, pero como digo eso ya es otro asunto.
Finalmente, y para evitar posibles malentendidos: recuerdo que sólo estoy hablando de nuevas inversiones, no de centrales existentes. En este caso, el análisis económico es radicalmente distinto (consultar análisis de Garoña). Y de nuevo, quiero subrayar que sólo estoy hablando de economía, y no de impactos ambientales, temas de seguridad de suministro, etc…que evidentemente también deben ser tomados en cuenta (incluso algunos valorados económicamente, aunque con sus problemas). Mi objetivo aquí era simplemente tratar de aportar algo de rigor a las cifras económicas, y no a la decisión final, que fundamentalmente debe estar, en mi opinión, basada en múltiples factores, y ser consensuada lo más posible por la sociedad, porque, como se ha dicho tantas veces, la factura de las decisiones que tomemos ahora en materia energética la pagarán sobre todo nuestros hijos, y no nosotros.
*Pedro Linares es profesor de la Universidad Pontificia Comillas y miembro de la Cátedra BP de Desarrollo Sostenible.(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).
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