L'Aquila (Italia).- L'Aquila (Italia), 10 jul (EFE).- La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del "Grupo de los Ocho" (G8) concluyó hoy en la ciudad italiana de L'Aquila con un minuto de silencio por parte de los líderes mundiales, en recuerdo de las 299 víctimas del terremoto que azotó el centro de Italia el pasado abril.
Después de tres días de sesiones de trabajo, en los que el cupo de las reuniones de los "grandes" del planeta ha ido ampliándose progresivamente a países menos poderosos, los líderes de las delegaciones participantes se congregaron en la plaza de armas del cuartel de la Guardia de Finanzas de L'Aquila para guardar un minuto de silencio.
La plaza de armas del cuartel de la Guardia de Finanzas de L'Aquila pasará a llamarse a partir de ahora "Plaza 6 de abril", en referencia a la fecha en la que se registró el seísmo de 5,8 grados de magnitud en la escala de Richter que devastó la región de Los Abruzos.
El tañer de una campana marcó además el compás del homenaje de los líderes políticos a las víctimas de la tragedia, cuyo centro de operaciones fue ese mismo cuartel y que motivó el cambio de sede de la cumbre de la isla italiana de la Magdalena, donde en un principio estaba prevista, hasta L'Aquila.
Después del minuto de silencio, los líderes mundiales participantes en la cumbre del G8 de la ciudad italiana posaron juntos para una foto de grupo.
África y la seguridad alimentaria mundial fueron los principales asuntos abordados en la última jornada de una cumbre que ha estado marcada por los compromisos sobre el cambio climático y la crisis económica.
La aprobación del límite de dos grados centígrados del calentamiento global es uno de los principales compromisos que salen de este G8, organizado por Italia en calidad de presidente de turno del "Grupo de los Ocho".
No pudo haber consenso, sin embargo, en otra de las grandes apuestas del encuentro: la reducción de los gases con efecto invernadero, asunto que encontró el desacuerdo de los grandes y de potencias emergentes como China e India.
Esta cumbre, de la que sale además el compromiso para movilizar 20.000 millones de dólares para seguridad alimentaria, contó por primera vez con la presencia de un presidente del Gobierno español, en esta ocasión, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
En el G8 de L'Aquila estuvieron también presentes México y Brasil en cuanto miembros del llamado G5 de las potencias emergentes y que podrían formar parte de un G14 institucionalizado, uno de los objetivos de futuro que abordarán en las próximas ocasiones los líderes.
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