Pamplona.- Pamplona celebra estos Sanfermines los cincuenta años de la última visita del escritor Ernest Hemingway a la ciudad, una efeméride importante que el Ayuntamiento ha querido celebrar dedicando un día al escritor y Premio Nobel de Literatura con un programa que incluye un homenaje a su figura.
En el paseo pamplonés que lleva su nombre, una representación de la corporación municipal encabezada por la alcaldesa Yolanda Barcina, el consejero de Cultura del Gobierno de Navarra, Juan Ramón Corpas, el nieto del escritor, John Patrick Hemingway, y el ganador del I concurso internacional de dobles e imitadores, Thomas Grizzard, han querido homenajearle con un acto que ha estado amenizado por la Banda Maestro Bravo y la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.
Para muchos, Hemingway es el responsable de que los Sanfermines sean unas fiestas conocidas internacionalmente. Visitó Pamplona en nueve ocasiones, la primera el 6 de julio de 1923 como corresponsal en Europa del semanario canadiense Toronto Star y la última, y motivo de este aniversario, en 1959.
Su novela "Fiesta" suele señalarse como culpable de la repercusión y la transformación que de los Sanfermines se produjo tras su publicación, por el enorme tirón turístico e icono cultural y mediático que supone desde entonces y que continúa en la actualidad.
Así lo ha señalado hoy la alcaldesa durante el acto, al explicar que Hemingway "fue de verdad", una persona que "cambió nuestras fiestas", pues su llegada marcó "un antes y un después" en la historia de los Sanfermines.
Barcina ha recordado que en 1923, durante la primera visita del escritor a la capital navarra, Pamplona era una ciudad de unos 35.000 habitantes y a cuyas fiestas no acudían visitantes de países lejanos, "tan sólo de la vecina Francia", pero el estadounidense "consiguió hacer la fiesta internacional y llevarla a todos los rincones del mundo".
La alcaldesa también ha valorado la actitud de Hemingway al saber mezclarse con los pamploneses y comprender la forma de disfrutar de "lo auténtico de las fiestas".
El homenaje se ha celebrado en la estatua con la que Pamplona honra a Hemingway, situada junto al callejón de entrada a la Plaza de Toros, desde donde el escritor "puede ver el último tramo del encierro todos los días de las fiestas y escuchar cómo se viven las corridas", ha dicho Barcina.
Más tarde, la alcaldesa ha colocado un pañuelo a la efigie del escritor, "el más grande que he puesto nunca", ha bromeado, como símbolo de "pañuelo que se anudan personas de todo el mundo".
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