Oviedo.- La Consejería de Salud ha puesto en marcha un programa para estudiar los "efectos indeseables" que se pudieran producir en los medicamentos que se les administra a 50.203 enfermos crónicos de la región ante una hipotética interacción entre los seis o más especialidades farmacéuticas que toman estos pacientes.
Este programa es una estrategia de intervención para mejorar la calidad de la atención a los pacientes crónicos y polimedicados, con el objetivo de aumentar la seguridad en el uso de los medicamentos.
Así lo han manifestado hoy el consejero de Salud y Servicios Sanitarios, Ramón Quirós, y el director general de Planificación y Evaluación, Arcadio Fernández, en el acto de presentación de este programa.
Con esta iniciativa, enmarcada en las políticas de seguridad de los pacientes, la Consejería persigue mejorar el cumplimiento terapéutico de los enfermos polimedicados, detectar más eficazmente problemas derivados del uso de los medicamentos y mejorar el conocimiento de los pacientes respecto del uso y las indicaciones de las especialidades farmacéuticas.
Según los datos que maneja la Consejería, el pasado mes de mayo, 418.000 asturianos acudieron a las oficinas de farmacia para retirar un medicamento prescrito a través de receta por los servicios sanitarios públicos.
Durante este mismo periodo fueron más de 50.000 los pacientes que tomaron seis o más especialidades farmacéuticas distintas y que son considerados como polimedicados.
Esta situación está vinculada al incremento de pacientes polimedicados y crónicos, consecuencia del envejecimiento de la población y el avance científico que conlleva una cronificación de patologías antes mortales", ha explicado el consejero.
Además, la literatura científica ha documentado que entre el 5 y el 17 por ciento de los ingresos hospitalarios de personas mayores está relacionado con un efecto adverso por desajustes en la medicación.
Quirós ha señalado que este nuevo programa de mejora de la calidad en la atención a los pacientes medicados y crónicos se realiza para mejorar su seguridad y para poner en marcha nuevas herramientas de apoyo a los profesionales sanitarios.
Este programa posibilitará la instalación de una nueva herramienta informática en todos los terminales informáticos de los médicos de Atención Primaria que antes de emitir la receta les alertará si los medicamentos que le van a ser prescritos al paciente generan o pueden dar lugar a algún tipo de interacción que conlleve un efecto adverso para su salud.
Si bien la mayor parte de las interacciones son conocidas por los especialistas sanitarios, este soporte informático facilitará la actualización permanente de su conocimiento y se convertirá en una herramienta de apoyo a los profesionales en la prescripción.
Además, la Consejería de Salud constituirá un grupo de intervención de profesionales sanitarios de carácter multidisciplinar que se pondrá a disposición de los médicos de Atención Primaria con el objetivo de proceder conjuntamente a la evaluación de los historiales de esos 50.000 pacientes que consumen seis o más fármacos y constatar que la indicación farmacéutica recibida es la más adecuada.
El tercer pilar de este programa tendrá como destinatarios directos a los propios ciudadanos mediante el diseño de estrategias de educación para la salud que se pondrán en marcha conjuntamente con los órganos de participación comunitaria, como los Consejos de Salud, para mejorar el conocimiento de la población sobre cuestiones relativas a su salud y sobre uso adecuado de los medicamentos.
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