'Terminator: Salvation' es un videojuego que sirve como precuela de la última película de la saga. Este título de acción en tercera persona que recrea la lucha de John Connor contra las máquinas en el futuro es un ejemplo más del desastroso efecto de lanzar una adaptación del cine al videojuego con el único propósito de sacar partido a la licencia. GRIN, encargados hace unos meses de otra adaptación, 'Wanted', repiten con la última entrega de la saga que inició James Cameron en 1984.
Probar por primera vez un juego suele requerir de cierta paciencia. Es como cuando alguien te recomienda una serie y tras ver el piloto no termina de engancharte; te dirá "aguanta, va a mejor a partir del cuarto capítulo". Al probar un juego hay que acostumbrarse al control, y normalmente las primeras pantallas son tutoriales para aprender a manejarlo. pero sin mayor interés —salvo excepciones, como la primera fase de ese maravilloso juego de acción que es 'Call of Duty 4: Modern Warfare'—. El problema de 'Terminator: Salvation', además de ser rematadamente malo, es que cuando empiezas a dominarlo se acaba. La partida puede durar unas cuatro o cinco horas y no tiene modo online ni ningún extra. Pero más grave es lo tosco de sus movimientos, la escasísima variedad de enemigos y lo poco original de su propuesta. Es un clon pobre de 'Gears of War', con su mismo punto de vista y sistema de coberturas pero sin su espectacularidad y su ritmo. Sin apenas opciones, armas ni variedad de enemigos, 'Terminator' parece un producto de otra generación.
La misma lógica que estuvo a punto de hundir la industria en los 80 se mantiene en varios de estos videojuegos basados en películas. ET, la más famosa y desastrosa adaptación de una película, demostró que no es suficiente con el título para vender juegos y de hecho varios millones de cartuchos de aquella superproducción terminaron enterrados en el desierto de Nuevo Mexico, pero no parece una lección interiorizada a la hora de afrontar 'Terminator: Salvation'. Supongo que existe gente que compra un juego por la carátula, y ahí es el único terreno donde puede competir con otros títulos de acción. Raramente se prueban los juegos antes de comprarlos; el alquiler no es una práctica habitual y no siempre hay disponible una demo que sirva para hacerse una idea. Invertir 70 euros —precio habitual de una novedad en Xbox 360 y PS3— en un producto de ocio que no hemos probado y que además no admite devolución es una auténtica barbaridad. 'Terminator: Salvation' sale al mercado a 59,95 euros. Las cifras de ventas han demostrado que el público se fija bastante en la opinión de la crítica —al menos el comprador de este tipo de juegos—, como demuestran los buenos datos de otra adaptación, 'X-Men Origins:Wolverine', mucho más digna que 'Salvation'.
Supongo que un fan del universo Terminator puede disfrutar de algunos detalles de este título: incluye un modo cooperativo para que dos personas puedan disparar juntos a las máquinas desde la misma consola y las pantallas de carga son muy chulas (es el detalle más logrado del juego), al estilo 'Metal Gear 4'. Por otro lado, no hay un solo elemento original en todo el juego. Todo lo hemos visto ya previamente, —salvo quizás la recreación de un T-800 a este nivel— y además mejor.
Que las pantallas de carga sea el detalle que más me ha gustado de este juego refleja lo poco que puedo incluir en este apartado.
Es un producto a medio acabar; corto, malo y que no aporta nada nuevo.
La IA de los compañeros es de risa.
El camino que va del cine a la consola apesta. Salvo alguna excepción —ya hablaremos de 'Ghostbusters: The Game'— las prisas y el conservadurismo parecen ser las reglas que rigen su desarrollo. En formato descargable y, por supuesto, con un precio inferior, esta adaptación de la última entrega de la saga Terminator tendría algo de sentido (que no demasiado). Me quedo con 'The Terminator' de Mega Drive (1992). Es extraño que GRIN termine un producto tan mediocre, un estudio que ha ofrecido varios títulos brillantes, especialmente 'Bionic Commando Rearmed'.
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