Polémico secretario de Transporte argentino, primera depuración tras derrota

Buenos Aires.-  El polémico secretario de Transporte argentino, Ricardo Jaime, fue hoy objeto de la primera "depuración" de la presidenta Cristina Fernández tras la derrota que se anotó el oficialismo en los comicios legislativos del domingo pasado.

Su salida del Gabinete había sido reclamada insistentemente por la oposición, que tras las elecciones endureció las críticas contra éste y otros funcionarios identificados como integrantes del "ala dura" del Gobierno.

Jaime era secretario de Transportes desde el inicio del Ejecutivo de Néstor Kirchner, en mayo de 2003, aunque ya acompañaba al esposo de Fernández en su época como alcalde de la sureña ciudad de Río Gallegos.

Nacido en la central provincia de Córdoba hace 54 años, el primer cargo de fue como concejal de Caleta Olivia (sur) entre 1987 y 1991.

Durante la gestión de Kirchner como gobernador de la provincia de Santa Cruz (sur), trabajó como ministro secretario de la Gobernación y presidió luego el Consejo Provincial de Educación.

Tras un breve paso como funcionario en su provincia natal, fue convocado en 2003 para dirigir la Secretaría de Transportes, bajo la órbita del Ministerio de Planificación, a cargo del influyente Julio de Vido, otro funcionario cuya cabeza reclama la oposición.

Aunque durante un largo periodo se creyó a Jaime supeditado a De Vido, en los últimos tiempos el secretario había adquirido un creciente poder, al ritmo de los también crecientes y millonarios subsidios al transporte que debía distribuir.

Hombre de bajo perfil, Jaime, antes que reportar al ministro, respondía directamente a Kirchner, según aseguraron a Efe fuentes del sector del transporte.

Su gestión tuvo varios hitos polémicos, como la creación de la estatal Líneas Aéreas Federales (Lafsa), que nunca operó y finalmente fue liquidada, y la aún en marcha expropiación de Aerolíneas Argentinas al grupo español Marsans.

También se ha puesto en tela de juicio los millonarios subsidios estatales entregados para los trenes, que pese a esos fondos funcionan en estado calamitoso, en contraste con el faraónico proyecto para construir un "tren bala", obra adjudicada no sin pocas polémicas al grupo francés Alstom.

Blanco de varias denuncias judiciales por su cuestionada gestión, Jaime siempre logró esquivar las acusaciones.

La más reciente investigación en su contra es por el uso de un avión privado que supuestamente utilizó para trasladarse dentro del país y a naciones limítrofes.

Jaime afrontó una denuncia previa por utilizar para viajes privados un avión financiado por empresas del grupo de transporte Cirigliano, al que el funcionario debía controlar.

El funcionario presentó hoy su renuncia "indeclinable" alegando "razones personales" y ratificando "plenamente" su "pertenencia, lealtad, compromiso y convicciones con el proyecto" de Fernández y Kirchner.

Anticipó que quiere trabajar por la construcción política del oficialismo en Córdoba, donde el gobernante peronismo resultó derrotado el domingo pasado, tarea para la cual dijo no necesitar un cargo como secretario.

Independientemente de esas razones, la oposición salió a celebrar la reclamada dimisión del funcionario.

"Esperemos que este señor empiece a ir a dar explicaciones a tribunales sobre el jet privado que usa, sobre las denuncias de sobreprecios en compras ferroviarias, sobre su manejo de la línea aérea que nunca voló, sobre la asignación arbitraria de subsidios al transporte metropolitano y sobre sus mansiones", dijo el jefe de los diputados de la coalición conservadora Pro, Federico Pinedo.

También pidió la comparecencia de Jaime ante la Justicia el titular de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales, quien ha presentado media docena de denuncias en su contra.

"Esperaron a ser derrotados en las urnas para sacarlo", se lamentó.