¿Participación o transparencia?

La Personal Democracy Forum, conferencia que se está celebrando en estos momentos en Nueva York, está enteramente consagrada al impacto de las tecnologías de la información y la comunicación sobre la política y el Estado (que desde este lado del Atlántico suele llamar antes "Gobierno"). Es fascinante porque sin duda se trata del último de los grandes espacios de nuestra vida social y pública alcanzado por los cambios radicales de la era de Internet.

Esto es lo que más me ha impresionado:

• Eric McKinnon (que participó en la campaña de McCain) y Joe Rospars (socio director de la agencia Blue State Digital, que ha gestionado lo principal de la campaña de Obama en materia de ‘New Media’) coinciden en afirmar que la energía movilizada por el candidato era más importante que las herramientas tecnológicas que tuvo a su alcance. Para McKinnon, "se trata de un 5% de herramientas y un 95% de energía. Obama era un candidato excepcional".

Hoy todo el mundo le quiere emular. Pero no es Obama quien lo quiere. Su capacidad de producir mensajes cercanos, de movilizar a la gente, de entusiasmarla, ha desempeñado un papel crucial y no es fácil volver a hacer lo mismo.

• Andrew Rasiej, organizador de la conferencia, ha suscitado considerables reacciones entre la audiencia al afirmar: "Me importa poco que el Gobierno me vigile si yo puedo vigilar al Gobierno". Volvemos sobre la cuestión del panóptico inverso del que he hablado a menudo y que claramente debemos aprender a tomarnos al pie de la letra.
• A sus intervenciones han seguido las de Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York… sobre Skype. Tiene sentido del humor, conoce la tecnología y nos ha mostrado cómo la ciudad ha abierto en Twitter, Skype y muchos otros sitios cuentas ‘NYC311’ —donde NYC son las siglas de New York City— que permiten a los ciudadanos señalar los problemas que no implican urgencia, así como informarse de lo que no funciona bien en la ciudad. También pueden gestionar dese allí todo tipo de permisos y ayudas.
• Volviendo sobre sus investigaciones de hace tres años, Danah Boyd, especialista en juventud que actualmente trabaja para Microsoft, ha recordado que las diferencias de clase cuentan en la web. Es preciso escucharle cuando dice que "Internet es el espejo y amplificador de todas las dinámicas sociales anteriores". También cuando recuerda que, en Twitter, "los políticos deberían saber que tienen que vérselas con personas que son como ellos" y no como la población en su conjunto.

Jeff Jarvis ha retomado los puntos más destacados de su libro 'What Would Google Do?' ('¿Qué haría Google?'). Y sobre todo, ha abundado en el hecho de que la confianza del público es inversamente proporcional al control. Cuanto más quieren controlarnos los dueños y dirigentes de las empresas, menos confiaremos en ellos. Aconseja permitir a los Gobiernos lanzar sus propios sitios en versión beta y equivocarse (la fórmula en Google consiste en equivocarse cuando antes para luego poder enmendar los errores), volverlos más transparentes y más cooperativos.

De hecho, uno de los ejes de la conferencia este año es que se centra menos en la participación —tan difícil de poner en marcha— que en la puesta a disposición del público de los datos sobre el Estado: eso por lo que la administración Obama pelea sin descanso con sitios como Data.gov y Recovery.gov.

Tengo aún uno o dos posts sobre este tema. Twiteo @transnets y podéis seguir el conjunto del debate sobre Twitter siguiendo #pdf09 o visitando esta página específica.

Una anécdota divertida: hay tal abundancia de ‘geeks’ en la sala que ayer lunes #pdf09 fue el tema más tratado en Twitter… Lo que evidencia que no hacen falta tantos para darle un giro al sistema.