Managua.- Los países latinoamericanos y del Caribe acordaron hoy en Nicaragua aislar política, diplomática y comercialmente al nuevo Gobierno establecido en Honduras hasta que el presidente democrático, Manuel Zelaya, retorne al poder.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y del Grupo del Río, en reuniones urgentes celebradas en Managua, reafirmaron hoy su apoyo a Zelaya, a quien reconocen como único mandatario de Honduras.
A ese apoyo político con el que ha contado Zelaya desde que este domingo fue detenido y expulsado de Honduras por los militares, y luego destituido por el Parlamento, que nombró en su lugar al titular del Legislativo, Roberto Micheletti, se sumó hoy una presión de carácter diplomático y comercial contra el nuevo Gobierno.
Los países miembros de la ALBA decidieron hoy retirar a sus embajadores de Tegucigalpa hasta que se restituya en la Presidencia de Honduras a Zelaya, mientras que los Gobiernos del SICA acordaron llamar a consultas de "forma inmediata" a sus embajadores ante esa nación.
"Los países miembros de la ALBA hemos decidido retirar nuestros embajadores" de Tegucigalpa, aseguró en Managua el canciller de Ecuador, Fander Falconí, al leer un pronunciamiento conjunto.
La ALBA, integrada por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y Las Granadinas y Venezuela. acordó dejar en su mínima expresión sus representaciones diplomáticas en Tegucigalpa hasta que el "Gobierno legítimo del presidente Zelaya sea restituido" sin condiciones.
En tanto, los países miembros del SICA (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana) ordenaron al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) suspender sus préstamos y desembolsos al Gobierno de Micheletti.
Además, acordaron suspender sus reuniones políticas, comerciales, diplomáticas o de cualquier otra índole con funcionarios del Gobierno "golpista" de Honduras.
El SICA, cuya presidencia temporal asumió hoy para los próximos seis meses el gobernante costarricense, Óscar Arias, de manos del nicaragüense Daniel Ortega, también acordó reconocer en las reuniones de los organismos de la integración a los funcionarios nombrados por Zelaya.
Asimismo, los mandatarios centroamericanos demandaron al Consejo de Seguridad de la ONU convocar a una reunión urgente para analizar la situación de Honduras y adoptar las "medidas coercitivas" que sean necesarias para superar la crisis en ese país.
En tanto, el CA-4, integrado por El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, acordó cerrar a partir de hoy el comercio terrestre durante 48 horas, también como medida de presión para que Zelaya sea restituido en el cargo.
Tanto la ALBA, como el SICA y el Grupo del Río reafirmaron que reconocen como únicos representantes diplomáticos de Honduras en sus países al personal designado por Zelaya y condenaron enérgicamente el "golpe de Estado" porque manda un mensaje negativo a las naciones latinoamericanas y del Caribe.
El Grupo de Río esta integrado por Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guayana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela.
El gobernante de México, Felipe Calderón, en su calidad de presidente de turno del Grupo del Río, llamó en Managua al Gobierno establecido en Honduras a revertir el "golpe de Estado" contra Zelaya y deponer el uso de la fuerza.
Los países de la ALBA, el SICA y el Grupo del Río se declararon en "alerta permanente" hasta que recobre el poder Zelaya, a quien, según dijo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no pueden "dejarlo como alma en pena" después de las reuniones en Managua.
El jefe de Estado de Cuba, Raúl Castro, que llegó a la capital nicaragüense a última hora y de forma sorpresiva, condenó el "brutal golpe de Estado" en Honduras y el ataque de los militares hondureños contra el pueblo.
Castro también criticó a aquellos gobernantes, que no identificó, que condenan el golpe de Estado contra Zelaya, pero no actúan y más bien lo aplauden.
"Zelaya debe regresar inmediata e incondicionalmente al desempeño de sus funciones", dijo el mandatario cubano, para quien "no debe haber negociación alguna con los golpistas".
Agregó que la situación en Tegucigalpa "es un conflicto que trasciende las fronteras de Honduras", que no pueden permitir.
La campaña para la restitución en el cargo de Zelaya, también presente en Managua, contó, además de los presidentes citados, con los de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; El Salvador, Mauricio Funes; Guatemala, Álvaro Colom; Panamá, Martín Torrijos, y la República Dominicana, Leonel Fernández.
También recibió el respaldo de los primeros ministros Baldwin Spencer (Antigua y Barbuda), Dean Barrow (Belice) y Ralph Gonsalves (San Vicente y Las Granadinas)
Asimismo, representantes de los Gobiernos de Brasil, Colombia, Paraguay y del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
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