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La crisis retrasará o incluso anulará el riesgo de un nuevo choque petrolero

EFE
Actualizado 29-06-2009 15:26 CET

París.-  La crisis económica ha obligado a revisar sustancialmente a la baja las previsiones de la AIE sobre consumo mundial de crudo de aquí a 2014 y eso debe por lo menos retrasar o incluso anular el riesgo de un nuevo choque petrolero en el periodo de referencia.

Descartar la amenaza de que se reproduzcan en el mercado tensiones entre oferta y demanda como las que llevaron en verano pasado el barril de petróleo hasta los techos históricos de cerca de 150 dólares dependerá del vigor de la recuperación económica, pero también de las políticas de inversión y de eficiencia, señaló hoy la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

En su informe anual sobre el mercado a medio plazo, la AIE calcula que el consumo de petróleo bajará de los 85,76 millones de barriles diarios el pasado año a 83,21 millones en 2009 y luego empezará a recuperarse a un ritmo que aparece por ahora relativamente incierto pero que en cualquier caso será lento.

Los dos escenarios barajados por los autores del estudio, basados en un crecimiento económico mundial del 5 y del 3 por ciento, se traducirían en alzas anuales de la demanda de crudo del 1,4 por ciento y del 0,4 por ciento respectivamente, lo que en cifras brutas significaría 88,99 millones de barriles diarios ó 84,92 millones en 2014.

Esos cuatro millones de barriles que separan ambas hipótesis constituyen una "diferencia enormemente significativa", ya que el primero marcaría un retorno a las tensiones porque las capacidades excedentarias de producción de petróleo se situarían el 3,8 por ciento del consumo, algo superior al 3,1 por ciento de 2008.

En el segundo caso, la disponibilidad excedentaria subiría en términos relativos hasta el 8,2 por ciento, superior incluso al 8 por ciento previsto para 2010.

El director ejecutivo de la agencia, Nobuo Tanaka, indicó que la materialización o no del riesgo de choque petrolero a partir de mediados de la próxima década depende del ritmo de la recuperación económica, pero también de la acción de los gobiernos y los consumidores en favor de una mayor eficiencia energética.

Tanaka puso el acento en que hay un gran margen de progreso en el transporte, y no sólo por carretera sino también en la aviación, así como en la producción de electricidad.

En cualquier caso, las previsiones de la AIE sobre el consumo de crudo en cinco años suponen una revisión a la baja de 3 millones de barriles diarios respecto a su anterior informe que responde a una nueva evaluación de las consecuencias de la crisis, pero también al atisbo de cambios estructurales en el modelo energético mundial.

El nuevo escenario va a tener igualmente un impacto sobre el aprovisionamiento de crudo, que en el periodo de referencia aumentará en 4,2 millones de barriles, y no en 5,5 millones como se había estimado hace un año.

En la práctica las aportaciones de quienes no pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) disminuirán en torno a 0,4 millones de barriles diarios entre 2008 y 2014, en particular las procedentes de Siberia, en Rusia, y las de las arenas bituminosas de Canadá.

Otro elemento relevante son los biocombustibles, que han sufrido un fuerte golpe por el hundimiento de los precios del petróleo, lo que redundará en la apertura este año de un 50 por ciento de plantas de producción menos que en 2008.

No obstante, el peso de los biocarburantes debe aumentar al subir de los 1,5 millones de barriles equivalentes de petróleo que suponían el pasado año a los 2,2 millones de barriles en 2014, lo que significará que cubrirán un 15 por ciento del aumento de la demanda de gasolina y gasóleo en ese periodo.

Brasil representará alrededor del 50 por ciento de esa subida, una muestra de que conservará sus ventajas competitivas, y si se suma Estados Unidos, los dos países totalizarán el 80 por ciento.

La AIE no hace previsiones de precios en este trabajo para sus cálculos, sino que utiliza los que resultaban del mercado de futuros a finales de abril, según los cuales el barril de petróleo en términos nominales, después del pico de los 100,1 dólares de media en 2008, bajará hasta los 48,5 dólares este año y remontará progresivamente hasta los 61,2 dólares en 2014.

Sobre la evolución de los precios a corto plazo, la agencia reiteró la idea de que en el ascenso que se ha producido desde febrero ha pesado la especulación, y advirtió de que un incremento fuerte podría amenazar la recuperación económica.

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