Oviedo.- Los valles del oso en Asturias se consolidan como una de las áreas más importantes de presencia osera en la cordillera cantábrica, pues en lo que va de año se ha podido comprobar ya la presencia de varias hembras acompañadas de sus oseznos.
Fuentes del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) han informado a Efe de que se ha comprobado la presencia en esta zona de dos osas con crías, con la posibilidad de que una tercera lo haga también con sus pequeños, nacidos el pasado invierno y que empiezan a acompañar a sus madres en las salidas de campo en busca de comida.
También la primavera ha sido intensa en el movimiento de osos en este área aprovechando la época de celo, y al menos otras tres hembras han podido ser localizadas acompañadas de machos, lo que hace previsible que para el próximo año otras tres hembras también se reproduzcan.
El importante aumento de la población de osos pardos en los valles centrales de Asturias, que incluyen territorios tan humanizados como el propio concejo de la capital asturiana, Oviedo, Santo Adriano, Proaza, Quirós y Teverga, está directamente relacionado con las medidas de protección que está recibiendo esta especie, garantizando la supervivencia de las crías nacidas cada año, el control de la caza furtiva, y la mejora de las condiciones del hábitat donde habitan los osos.
La recuperación de la población osera se inició en el año 2004, con la localización de una única hembra reproductora que habitaba en territorios de montaña, donde el FAPAS localizó una gran cantidad de cables de acero colocados para capturar jabalíes, lo que posiblemente daba lugar a que las crías de esa única hembra reproductora murieran a causa de las trampas.
Ya en los años 2007 y 2008, fueron identificados cada año un mínimo de dieciséis osos a través del trabajo de seguimiento mediante cámaras fotográficas que el FAPAS lleva a cabo con el apoyo de la Obra Social de Caja Madrid.
Según los datos que ya se han obtenido en el año 2009, el número de ejemplares que podrían estar utilizando las montañas de los Valles del Oso, podría alcanzar la cifra de 20 a 22 ejemplares, lo que situaría a estos territorios como la tercera zona en importancia osera dentro del marco de distribución de la especie en toda la Cordillera Cantábrica.
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