Budapest.- Hungría conmemora mañana, 27 de junio, el vigésimo aniversario de la apertura de su frontera hacia Occidente, uno de los principales hitos que abrieron el proceso de democratización de los países ex comunistas de Europa central y oriental.
En un solemne acto convocado en el Parlamento de Budapest intervendrán el ex ministro de Asuntos Exteriores Hans-Dietrich Genscher y el ex canciller federal austríaco Wolfgang Schüssel, además de varios otros altos representantes europeos, entre ellos ocho jefes de Estado.
El historiador húngaro Ignác Romsics explicó a Efe que pese a que la apertura de la frontera se conmemora como inicio del proceso de apertura, el 27 de junio es más bien "el cierre de un proceso".
Las alambradas húngaras con la frontera austríaca, de unos 246 kilómetros de longitud, fueron levantadas entre 1965 y 1971.
Durante la década de los años 80 del siglo pasado se registraron todos los años entre 1.200 y 1.800 intentos ilegales de cruzar la frontera, en el 85 por ciento de parte de ciudadanos de otros países comunistas.
"De todas formas, el sistema (de vigilancia) no era perfecto", dijo Romiscs y explicó que muchas veces hubo alarmas por pájaros y otros animales, por lo que ya a mediados de los ochenta Budapest se había propuesto relajar los controles fronterizos, que, además, costaban mucho al erario público.
Para poder tratar el tema seriamente hubo que esperar hasta que la dirección del Partido Socialista Obrero Húngaro (MSzMP, comunista) alejó del poder a János Kádár, que gobernaba desde el aplastamiento de la revolución antisoviética de 1956.
Esto sucedió en febrero de 1989, a raíz de una propuesta del ministro de Interior István Horváth, en una reunión de la alta dirección del partido.
Así se pudo iniciar la apertura de la frontera "de forma secreta, el 18 de abril de 1989", para hacer el anuncio oficial ante unos 200 periodistas el 2 de mayo del mismo año.
La labor concluyó en el verano de 1989 "con el corte de la alambrada por el ministro magiar de Exteriores, Gyula Horn, y su homólogo austríaco, Alois Mock, el 27 de junio, que recibió gran publicidad, pero que fue el fin del proceso y no el inicio".
De esta manera se abrió una puerta para que pudieran huir a Occidente los ciudadanos de la antigua República Democrática Alemana (RDA), "lo que funcionó como un catalizador de los procesos de transformación de Europa del Este", aseguró Romiscs.
En las siguientes semanas cientos de alemanes de la RDA pudieron escapar hacia Austria, mientras que el gobierno de la RDA amenazaba con romper las relaciones diplomáticas con Hungría, algo inédito en el todavía existente Pacto de Varsovia.
Uno de los sucesos que facilitó el cruce de la frontera a Occidente fue el llamado "Picnic Paneuropeo", el 19 de agosto de 1989, con la participación de unas 15.000 personas y destacados personajes como el eurodiputado y sucesor al trono austro-húngaro Otto de Habsburgo.
Entonces, al menos 600 alemanes de la RDA aprovecharon la oportunidad, con la aprobación tácita de la autoridades húngaras, para buscar la libertad.
El 11 de septiembre de 1989 el gabinete magiar anunció que todos los ciudadanos de la RDA podrían cruzar la frontera hacia Austria, algo que hicieron unas 30.000 personas, un camino que también eligieron después polacos y checoslovacos.
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