Científicos investigan cómo buscar vida en otros planetas sin salir de La Mancha

Santander.-  Los científicos que investigan si existe vida en otros planetas del Sistema Solar cada vez están más convencidos de que muchas de las respuestas están a su alcance sin salir de la Tierra, porque se pueden buscar microorganismos en Marte estudiando el Río Tinto o elucubrar sobre Júpiter desde La Mancha.

Éste es el mensaje que la NASA y su Centro de Astrobiología en España han transmitido esta semana al medio centenar de estudiantes de la Escuela de Astrobiología de la UIMP, dedicada este año a los "extremófilos", los organismos terrestres que soportan condiciones que, hasta hace sólo unos años, se creían insalvables para la vida.

Cuando miran al cielo, científicos como Carl Pitcher, director del Instituto de Astrobiología de la NASA en EEUU, o Ricardo Amils, catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, piensan en cuándo se podrán explotar los tres grandes candidatos a albergar vida dentro del Sistema Solar, además de la Tierra: Marte, el planeta rojo; Europa, la luna helada de Júpiter; y Titán, el mayor de todos los satélites de Saturno.

Sin embargo, antes de plantearse enviar una sonda esos lugares, deben conocer si la vida soporta las condiciones extremas de temperatura, acidez o salinidad que existen en esos lugares y preparar instrumentos capaces de determinar sobre el terreno si hay vida en ellos o alguna vez la hubo, como ha explicado hoy en rueda de prensa Ricardo Amils, uno de profesores de la Escuela.

Por eso les resultan tan interesantes los ecosistemas terrestres que presentan similitudes con Marte, Europa y Titán. Cada uno de esos candidatos a albergar vida tiene sus espejos en la Tierra y algunos de ellos se encuentran en Huelva y en Toledo.

En el caso de Marte, el propio Centro Astrobiología de Madrid lleva años trabajando en el Río Tinto, con las bacterias que soportan su alto contenido en hierro y azufre, porque piensa que el subsuelo del planeta rojo puede presentar condiciones similares.

Tan similares, que Amils sentencia: "Un instrumento del que se diga que es capaz de encontrar vida en Marte, si no puede operar en el Río Tinto, lo tiene crudo".

Los otros análogos terrestres del Planeta Rojo están en la Antártida y debajo de los océanos, donde otros equipos científicos investigan cómo es posible que determinados microorganismos aguanten temperaturas extremadamente bajas o se hayan adaptado a las condiciones existentes en los volcanes submarinos.

En cuanto a Europa, se ensayan modelos en lugares muy fríos, porque ese satélite de Júpiter está recubierto por una gruesa capa de hielo bajo la cual se cree que hay océanos de agua líquida.

Pero Ricardo Amils y otros científicos también consideran que el lago Tírez, en Toledo, también puede ser un buen modelo, no por la temperatura, sino por las condiciones químicas que existen en su barro y por los microorganismos que viven en ellas.

En cuanto a Titán, los datos aportados por las sondas Cassini y Huygens, en una misión conjunta de la NASA y la ESA, han multiplicado la atención que la Astrobiología ya tenía puesta en el mayor de todos los satélites del Sistema Solar.

"La probabilidad de que haya vida en Titán es baja, pero es el mejor análogo que tenemos de la química prebiótica, de todos los sucesos químicos que dieron origen a los ladrillos con los que se construyó la vida. Por tanto, su estudio es fundamental para entender cómo la química puede evolucionar en un planeta", ha señalado Amils.

Pero, ¿dónde encontrar en la Tierra vida en unas condiciones similares a las que se dan en Titán, un lugar sin oxígeno, a 178 grados bajo cero y donde los ríos y lagos no son de agua, sino de metano líquido? A falta de un lugar, Amils sugiere un perfil: "El mejor lugar sería aquel donde haya una surgencia de petróleo, de muchos carbohidratos y a baja temperatura".