Teherán.- El líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jameneí, ha aceptado una propuesta del Consejo de Guardianes para extender cinco días más la fecha límite de presentación de quejas electorales.
Según la televisión estatal, la máxima autoridad de Irán ha informado al Consejo que "admite el requerimiento elevado" el martes por el secretario de los Guardianes, ayatolá Ahmad Janati.
Janati había pedido, igualmente por escrito, que se ampliara el plazo para poder llegar a un dictamen equitativo que elimine cualquier atisbo de ambigüedad" sobre el resultado de los polémicos comicios.
El Consejo de Guardianes, órgano que debe validar las elecciones, tenía previsto anunciar mañana el resultado del recuento aleatorio efectuado al diez por ciento de las urnas de los comicios presidenciales del pasado 12 de junio, aunque ya han descartado la demanda de la oposición de anular los comicios.
Los tres candidatos derrotados han denunciado 646 supuestas irregularidades en favor del vencedor, el ultraconservador presidente Mahmud Ahmadineyad, y han solicitado la repetición de las votaciones.
Los Guardianes, que tiene la última palabra en el proceso electoral, han admitido en parte estas anomalías al aceptar el lunes que en al menos en cincuenta ciudades del país hubo más sufragios que personas censadas.
Sin embargo, ya ha advertido que ni el recuento aleatorio ni el hecho de que haya más sufragios variará sustancialmente el resultado electoral, y que en ningún momento se ha planteado la repetición de los comicios.
"Si hubiera ocurrido una grave ilegalidad en las elecciones, el Consejo habría anulado los votos en las urnas, colegios, distritos o ciudades afectadas, como ya ha hecho en otras ocasiones en elecciones parlamentarias", dijo el portavoz del Consejo Ali Abbas Kadkhodaei.
"Pero afortunadamente, en estas elecciones presidenciales no hemos hallado trazos de fraude masivo. No ha habido violaciones graves. Así que no ha posibilidad de que se anulen los comicios", subrayó.
Al rechazo se unió hoy el ministerio de Interior, que desestimó las reclamaciones del principal líder opositor, Mir Husein Musaví, y le pidió, de nuevo, que acepte la derrota.
Los resultados electorales han terminado de dividir el país y puesto de manifiesto las graves disidencias que existen en el seno de la cúpula de poder.
Desde que se conocieran, Irán es escenario de protestas y de enfrentamientos que hasta el momento se han cobrado la vida de al menos una veintena de personas, según cifras oficiales.
Las manifestaciones han sido reprimidas con especial dureza por el régimen, que incluso ha recurrido al cuerpo de elite de la Guardia Revolucionaria para sacar de las calles a la oposición y tratar de silenciarla.
Mientras el proceso legal discurre y la oposición busca vías alternativas de protesta, el régimen continúa con sus ataques al exterior, al que acusa de promover los disturbios para provocar una "revolución de terciopelo".
El ministerio iraní de Asuntos Exteriores confirmó hoy la expulsión de dos diplomáticos británicos, a los que acusa interferir en los asuntos internos del país tras las elecciones.
Según la prensa oficial, Irán exigió el lunes la salida del país del primer y del segundo secretario de la citada legación, frente a la que hoy se manifestaron estudiantes de las milicias islámicas "basij" pese a no contar con el permiso requerido del Ministerio de Interior.
En una decisión recíproca, el primer ministro británico, Gordon Brown, anunció este martes la expulsión de Londres de dos diplomáticos iraníes.
Las siempre tensas relaciones entre ambos estados se deterioraron en la última semana, después de que Irán acusara al Reino Unido de espolear las protestas y disturbios pos electorales.
La semana pasada, Irán llamó a consultas a su embajador en Londres en protesta por lo que considera "una injerencia" británica en sus asuntos internos.
El domingo, Irán expulsó al corresponsal permanente en Teherán de la televisión británica BBC, John Leyne, acusado de instigar los disturbios con sus informaciones.
La represión a la prensa vivió hoy un nuevo capítulo con el anuncio de la detención de un otro periodista, el corresponsal de The Washington Times, Iason Athanasiadis.
De acuerdo con la agencia estatal de noticias Irna, el reportero, de origen griego y de nacionalidad también británica, fue detenido en el aeropuerto Iman Jomeini de Teherán cuando se disponía a abandonar el país la semana pasada.
Desde que el pasado martes se endureciera la represión de las manifestaciones de la oposición, Irán ha suspendido los permisos de prensa y ha impedido a los periodistas extranjeros cubrir acontecimientos en la calle sin un permiso especial.
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