Una mujer con burka nos llama la atención. Apenas se ven en Europa pero, incluso en fotografías o al otro lado del televisor, verlas nos produce una extraña sensación. Y para qué vamos a negarlo, el uso de esta prenda nos parece a muchos una cárcel para las mujeres. Sobre el hiyab (velo), la posición nunca ha sido tan radical y, aun así, ha dado lugar a enconados debates. Los flujos migratorios y la globalización no han tardado en poner el tema del burka y su utilización en Europa sobre la mesa, con un resultado no menos candente. En Francia, uno de los primeros en sacar el tema a relucir, ha sido el propio presidente el que no ha dudado en tomar una férrea posición en contra del burka y otra prenda igual de llamativa, el niqab. "No es bienvenido en la República", ha asegurado defendiendo una propuesta de ley que ya están en marcha para prohibirlo en lugares públicos. Pero, aunque en un primer momento pueda ser fácil sentirse identificado con estos argumentos, siempre queda una rendija para la reflexión. ¿Es tan necesario prohibir el burka?
Sarkozy lo tiene claro y, en el nombre de "la igualdad de la mujer y la dignidad", ha apoyado sin reservas la iniciativa del diputado comunista André Gérin. La diferencia es que Gérin se apoya, sobre todo en una cuestión de laicidad del Estado francés —donde por ejemplo, no se puede asistir a la escuela pública mostrando símbolos religiosos— mientras que el presidente ha hablado directamente de una cuestión de machismo. "No es un signo religioso. Es un signo de sometimiento de las mujeres", ha defendido.
Pero no todos lo ven así, ni siquiera los defensores de derechos humanos. En un comunicado, el director de la oficina de París de Human Rights Watch (HRW), Jean-Marie Fardeau, dejaba clara la postura de la organización para la que esta posible prohibición viola los derechos. Según él, "la libertad de expresar la propia religión y la libertad de conciencia" son derechos fundamentales. Además, asegura que "prohibir el burka no conseguirá la igualdad de la mujer", sino que sólo agravará la "estigmatización y la marginación de las mujeres que lo usan".
Judith Sunderland, una de las representantes de esta organización en Europa, recuerda que aún no existe ninguna ley, ni siquiera un borrador de la misma, pero advierte que un paso más en este sentido daría lugar a una medida "discriminatoria por razones de género y religión". Desde Milán, nos explica que "muchas veces puede tratarse de una obligación de su fe o de algo que para ellos es importante". Y ha ido más allá sosteniendo que, sencillamente, muchas mujeres musulmanas lo escogen. "Es muy simplista dar por hecho que todas están obligadas y hay que plantearse que no siempre el burka es igual a opresión", subraya.
Para ella, el gran problema es que el discurso de Sarkozy y su gobierno "genera discriminación contra los musulmanes, que ya de por sí se sienten muy discriminados y marginados" en Francia. "Cualquier prohibición o restricción de la expresión religiosa sólo musulmana, sería una nueva señal para muchos musulmanes franceses de que no son bienvenidos en su propio país", apunta la activista.
Sunderland opina que cuando se dan casos de mujeres que realmente están obligadas a cubrirse con un burka o un atuendo similar, "hay otras maneras más eficaces y más respetuosas para enfrentar esta situación". De acuerdo con ella, una de las grandes preocupaciones que hace que los europeos quieran prohibir esta vestimenta es la necesidad de identificar a las personas, "como por ejemplo, a las mujeres que van a recoger a sus hijos del colegio". En este caso, apunta la representante de HRW, " hay medidas que ya se usan en algunos países de Europa, como que las mujeres enseñen sus rostros en privado a una persona".
Pero, por encima de todo, según ella, "legislar contra ello es la peor opción", ya que agravaría una situación ya de por sí penosa en muchos casos para estas mujeres. Obligadas o no, la prohibición de llevar el burka en los lugares públicos, "implicaría que las mujeres que lo usan no salieran de casa o que vivieran encarceladas". Sin poder salir de su casa por no poder mostrarse con burka en público, podrían correr el riesgo de aisladas del mundo y sin acceso a prestaciones básicas como sanidad o educación.
¿Qué opinas tú? ¿Crees que prohibir el burka en Francia ayudará o perjudicará a las mujeres que lo usan habitualmente? ¿Estarías de acuerdo en que se hiciera lo mismo en España?
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