Poco después de las nueve de la mañana ETA ha hecho explotar un vehículo en un aparcamiento al aire libre de la localidad vizcaína de Arrigorriaga, junto al barrio bilbaíno de La Peña, provocando la muerte de Eduardo Puelles García, jefe de Grupo de la Brigada de Información de la Policía Nacional, encargada de la lucha antiterrorista. De hecho, el fallecido había participado durante los últimos diez años en una decena de operaciones policiales que se saldaron con la detención de más de setenta miembros o colaboradores de la banda terrorista, según ha informado la Policía.
Fuentes de la investigación han precisado que el fallecido tenía 49 años, estaba casado, tenía dos hijos (de 16 y 21 años), había nacido en Barakaldo y había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía en 1982. Su viuda ha tenido que ser ingresada en el Hospital de Basurto después de oír la explosión de la bomba y sufrir una crisis nerviosa, según ha informado el alcalde de Arrigorriaga.
Es el primero tras constituirse el Gobierno socialista que preside Patxi López, quien ha comparecido poco antes de las once de la mañana para condenar con dureza el atentado: "Vamos a acabar con ETA. No vamos a darle un minuto de descanso. Nos han enseñado el camino del dolor, nosotros les enseñaremos el de la cárcel", ha dicho el lehendakari, quien se ha referido a la víctima como "uno de los nuestros". Además, ha anunciado la convocatoria de una manifestación de condena mañana a las 18.00 horas en Bilbao, así como de concentraciones a mediodía ante las instituciones vascas.
El portavoz socialista José Antonio Alonso ha leído una declaración institucional acordada en el Congreso en nombre de todos los partidos políticos, sindicatos y empresarios condenando el atentado. Estos han subrayado la "unidad" de los españoles contra el terrorismo. Como muestra de ello, Zapatero y Rajoy han anunciado que acudirán juntos a la capilla ardiente.
En una declaración institucional acordada por la tarde en el Congreso y leída por el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, los partidos y agentes sociales condenan el atentado cometido este viernes por ETA en Arrigorriaga (Vizcaya), que ha causado la muerte al inspector Eduardo Antonio Puelles, y expresan sus condolencias a la familia.
El último asesinato de ETA se produjo el pasado 3 de diciembre de 2008 cuando dos pistoleros mataron a tiros en Azpeitia (Guipúzcoa) al empresario Ignacio Uría. Al día siguiente de la investidura de Patxi López, el pasado 6 de mayo, ETA hizo estallar un artefacto en un repetidor situado en un puerto de montaña del municipio cántabro de Guriezo, limítrofe con el País Vasco, que causó daños materiales en la base de un repetidor y en un muro de un edificio adyacente.
La bomba que ha costado la vida a Eduardo Puelles estaba compuesta por entre un kilo y medio y dos kilos de explosivo y estaba situada junto al depósito de combustible de su coche. El último atentado mortal con bomba lapa se produjo hace ya seis años, cuando la banda terrorista acabó con la vida de dos Policías Nacionales en la localidad navarra de Sangüesa. Además, el atentado coincide con el 22º aniversario de la masacre de Hipercor en Barcelona, el acto más sangriento de la banda, en el que fallecieron 21 personas.
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