Las Palmas de Gran Canaria.- El comisario de Justicia, Libertad y Seguridad de la UE, Jacques Barrot, confió hoy en que el Consejo Europeo refuerce esta semana la solidaridad entre los estados miembros y la ayuda a los países que son frontera en el Mediterráneo y Atlántico para aliviar la carga de inmigración que reciben.
Barrot, en una rueda de prensa que ofreció con motivo de la cumbre de inmigración que se celebra hoy en Canarias, se comprometió a trabajar en este sentido y señaló además que durante la presidencia de España en la UE se deberá aprobar un plan de acción en materia de menores para desarrollar el programa de Estocolmo.
Recordó que este programa, que se está elaborando y que el Consejo Europeo lo aprobará antes de que concluya este año, constituye la nueva estrategia de Europa en materia de inmigración y por primera vez incluye a los menores inmigrantes no acompañados como una cuestión más a abordar de manera específica.
Barrot, que visitó un centro de acogida de menores de Gran Canaria, señaló que desde la UE se quiere actuar "con medios renovados" en esta materia, sobre la que el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, expresó su preocupación.
Canarias tiene bajo su tutela a 1.500 menores inmigrantes, por lo que Rivero confió en que se encuentre una nueva fórmula para que "todos los territorios" asuman solidariamente su acogida, al tiempo que celebró que el Programa de Estocolmo aborde esta problemática.
El comisario europeo manifestó que "es una realidad que los problemas migratorios van a más" y los estados europeos deben conocerla, y señaló que al mismo tiempo que se ofrece un trato humano a los inmigrantes hay que abordar el problema con los países de origen.
En este sentido, valoró la política de cooperación desarrollada por el Gobierno de España con países como Marruecos, Mauritania, Senegal, y que el trabajo de la UE "pasa por esta coordinación" y por consensuar políticas de flujo migratorio con los países africanos.
Barrot además subrayó que es necesaria la solidaridad financiera y un compromiso "más firme" por parte de los países del norte de Europa que no "ven tan cerca" el problema de la inmigración, así como apoyar el trabajo que desarrolla la agencia de control de fronteras exteriores (Frontex) y un plan de distribución de inmigrantes ilegales para aliviar al carga de los países que los reciben.
No obstante, recordó que desde la Unión Europa sólo se puede velar porque las condiciones de acogida en sus 27 estados miembros sean respetuosas con las vidas de los inmigrantes y que se respeten sus derechos humanos.
Barrot felicitó al Gobierno español por la vigilancia que lleva a cabo en las fronteras meridionales y al director ejecutivo de Frontex, Ilkka Laittinen, y consideró que el control que se efectúa en Canarias y España es un "modelo a seguir".
Afirmó que se quiere reforzar el trabajo que desempeña el Frontex, cuyas instalaciones en la capital grancanaria también visitó, y que en los próximos meses se presentarán propuestas en este sentido y para facilitar equipamiento que pueda gestionar directamente.
Indicó que la Unión Europea dispone de un fondo de 420 millones de euros, de los cuales 130 corresponden a España, para la atención de los refugiados y la integración de los inmigrantes de países terceros entre los años 2007-2013, que reconoció que no es suficiente.
Pérez Rubalca, que dijo no ser partidario de revisar las competencias de las comunidades autónomas, en relación a la petición de Rivero sobre la tutela de los menores inmigrantes no acompañados, dijo que Canaria no "va a estar sola", y que precisa del apoyo del Estado y de las demás comunidades autónomas.
Insistió en que España ha hecho un gran esfuerzo para que la inmigración figure en la agenda europea y se disponga de una política común en esta materia, que es "clave" porque este problema no se lo puede abordar un estado solo, y aludió a los logros conseguidos a partir de los programas de cooperación con los países del norte de África y por la labor del Frontex.
Subrayó que la llegada de inmigrantes a Canarias en pateras o cayucos en lo que va de 2009 ha disminuido a la mitad en relación al mismo periodo de 2008, aunque advirtió de que el problema no está resuelto.
Asímismo, pidió comentarios "menos simplistas", en relación a quienes ligan el descenso en la llegada de inmigrantes con la crisis económica, porque "si aquí hay, allí hay más" y la presión migratoria continúa en otras partes del sur de Europa.
La disminución que se ha logrado en Canarias es porque "se están haciendo bien las cosas", considero el ministro.
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