Orlando (EE.UU.).- El margen de derrota se acabó para los Magic de Orlando: cuando disputen mañana el quinto partido de las Finales de la NBA lo único que les servirá para seguir en competición será la victoria ante Los Ángeles Lakers, que con 3-1 en la serie al mejor de siete buscarán el título.
Ambos equipos afrontan el partido con estados de ánimo muy diferentes, después de lo sucedido en el cuarto partido, que ganaron los Lakers en tiempo de prórroga por 91-99 gracias a los errores de los Magic en los tiros de personal y a dos triples milagrosos del base Derek Fisher.
Los dos fallos cometidos por el pívot Dwight Howard, que impidieron el triunfo a los Magic, le han unido a la triste figura del ex escolta-alero Nick Anderson, que en 1995 tampoco anotó cuatro lanzamientos libres decisivos y los Rockets de Houston barrieron a su equipo por 4-0 en las Finales.
Desde entonces se generó la leyenda de la "maldición" de los tiros libres para los Magic, de la que no pudo escapar ni su ex figura Shaquille O'Neal, uno de los peores en este tipo de lanzamientos.
Ahora le ha tocado el turno a Howard, la figura que ha llegado para ocupar su puesto y que, como hizo O'Neal, también les llevó a las Finales, las segundas de su historia.
"No vamos a pensar en eso, simplemente no estuvimos bien en los tiros de personal en el cuarto partido y ahora tenemos que hacerlo mucho mejor en el quinto, eso es todo", declaró Stan Van Gundy, el entrenador de los Magic. "Rechazo categóricamente que haya psicosis dentro del equipo con relación a los tiros libres".
Sin embargo, en el cuarto partido el equipo falló 15, incluidos ocho de Howard y cinco del alero turco Hedo Turkoglu, que sigue sin explicarse qué pasó.
"Le he dado vueltas a la cabeza todo el tiempo y no tengo una explicación", declaró Turkoglu. "Tal vez el contacto de la mano con la pelota no fue el mejor o no tuve la concentración suficiente".
La realidad es que los Magic son conscientes de que si quieren ganar mañana, domingo, el quinto partido y evitar la eliminación necesitan tirar mucho mejor desde la línea de personal, la verdadera asignatura pendiente en el juego de ataque del equipo.
No sólo los Magic fallaron desde la línea de personal en las Finales de 1995 cuando lograron sólo un 61 por ciento de acierto. En los "playoffs" del 2007 y 2008 ante los Pistons de Detroit les costó sendas eliminaciones por tener un 58 y 64 por ciento de efectividad, respectivamente.
"Dentro de este equipo nadie cree en 'maldiciones', simplemente son grandes profesionales a los que unas veces le salen mejor las cosas que otras, pero eso es todo", señaló Van Gundy.
El entrenador de los Magic dijo que a los fallos de Howard y las personales se le había dado demasiada importancia y para él hubo otros factores como las perdidas de balón (17), que fueron más decisivas.
"Ya hemos analizado todo lo que sucedió en el cuarto partido y les puedo asegurar que sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer para el domingo", señaló Van Gundy. "Cada uno es libre de hacer los análisis que quiera sobre lo que sucedió el pasado jueves".
El "cuestionado" entrenador de los Magic dijo que se ha hablado de los fallos en los tiros de personal, pero nadie dice que los Magic, después de lo sucedido en el primer partido de la serie cuando perdieron por 100-75, superaron por "completo" a la defensa de los Lakers y lograron promedios de 98,3 puntos.
"Hemos disputado dos partidos en tiempo de prórroga, algo que no sucedía desde 1984 en la NBA, y demostrado que podríamos ir perfectamente con la ventaja de 3-1 en la eliminatoria", reivindicó Van Gundy. "Lo que hicimos en los dos partidos que perdimos y pudimos ganar me da un gran esperanza".
Van Gundy dijo que la manera en que su equipo jugó y superó a los Lakers no es para estar pesimista de cara al quinto partido, sino todo lo contrario.
"Nadie puede cuestionarnos que no fuimos rivales para los Lakers o que no tuvimos oportunidades para ganar y tener la ventaja en la serie", argumentó Van Gundy. "Somos tan buen equipo o mejor que los Lakers, al margen de que vayamos 1-3 abajo en la serie".
"Si los Lakers piensan que vamos a facilitarles la celebración en nuestro campo, entonces están equivocados", añadió.
Los Lakers, con el objetivo cumplido de haber logrado al menos un triunfo en Orlando, no tienen mayor presión para buscar el cuarto triunfo que les proclame campeones de liga.
"Desde que se iniciaron las Finales siempre hemos dependido de nosotros mismos y ahora más que nunca tenemos la gran oportunidad de conseguir el triunfo que culmine el gran sueño de toda la temporada", declaró el escolta Kobe Bryant. "Sabemos que los Magic van a salir el domingo más motivados que nunca".
Bryant dijo que dentro del equipo había "tranquilidad", pero también la "obligación" de conseguir el triunfo.
"Sabemos que la primera oportunidad para lograrlo es el domingo y vamos a luchar al máximo para aprovecharla", agregó Bryant. "El lugar de la celebración es lo de menos, lo importante es tener asegurado el título de campeones".
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