Brasilia.- El caso del niño reclamado por su padre en EE.UU., que ha llegado a las más altas esferas políticas de Brasilia y Washington, seguirá su curso en la justicia de Río de Janeiro, según determinó hoy el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
La máxima instancia judicial brasileña examinó hoy el caso y negó una acción contra la sentencia de un juez federal de Río de Janeiro, que había ordenado que el pequeño Sean, de nueve años, fuera entregado a su padre, David Goldman.
Sin embargo, el proceso tendrá que continuar en la justicia de Río de Janeiro, que deberá decidir sobre un recurso de amparo que solicita que el pequeño permanezca con su familia brasileña.
El caso se remonta a 2004, cuando la brasileña Bruna Bianchi, entonces casada con David Goldman y residente en Estados Unidos, viajó con Sean a Brasil en plan de supuestas vacaciones.
Bianchi no regresó nunca, se divorció de Goldman desde Brasil y se casó tiempo después con el abogado João Paulo Lins e Silva.
El año pasado, Bianchi falleció por complicaciones en un parto y Sean vive desde entonces con su padrastro, que ha reclamado ante la justicia la tutela del menor, al que desde hace cuatro años su padre intenta recuperar.
La semana pasada, un juez de Río de Janeiro determinó que el niño debe ser entregado a su padre, en virtud de las convenciones de La Haya sobre secuestro y adopción de menores.
Sin embargo, la entrega fue postergada por una acción presentada por la familia brasileña del menor ante el Supremo Tribunal, que hoy decidió que la competencia del caso está en la justicia de Río de Janeiro.
El fallo del Supremo, adoptado por unanimidad, no supone sin embargo que Sean Goldman sea entregado a su padre inmediatamente, pues esta misma semana la familia brasileña presentó otro recurso de amparo ante los tribunales de Río de Janeiro.
Según la sentencia del Supremo, esos tribunales son los que deben decidir sobre el caso y definir el futuro del niño.
El litigio por la custodia de Sean llegó a ser tratado por los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la visita oficial que este último hizo a Washington en marzo pasado.
Obama abogó por David Goldman, con quien se comprometió a seguir el caso de cerca a inicios del año pasado, cuando aún no era siquiera candidato oficial del Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos.
En Washington, tras la entrevista con Obama, Lula afirmó que su Gobierno acatará la decisión de los juzgados de su país, en el marco del respeto que impone la separación de poderes.
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