Seguro que si abres tu cartera o monedero encontrarás una o varias tarjetas, ya sean de débito, de crédito o de fidelización. El 'dinero de plástico' ya forma parte de nuestra vida cotidiana, pero, en estos tiempos de crisis, ¿es aconsejable darle uso, o es mejor abandonar las tarjetas en el cajón del olvido para evitar tentaciones? Vamos a intentar arrojar un poco de luz a este eterno dilema.
La ciencia ha demostrado que los seres humanos queremos evitar a toda costa perder dinero, porque hacerlo nos produce dolor. No obstante, parece que una manera de evitar ese dolor es gastar con tarjeta de crédito. Varios estudios internacionales han concluido que la gente gasta un 20% más cuando paga con este instrumento que cuando lo hace en efectivo. Y es que el 'dinero de plástico' separa el dolor de pagar del placer de comprar. Incluso se ha demostrado que quien paga con tarjeta tiene más problemas para recordar lo que ha gastado, y eso que lleva un ticket que lo demuestra...
Por otra parte, debido a la crisis, "la tarjeta de crédito se ha convertido en la única fórmula de acceso al crédito al consumo que tienen muchas familias para compras básicas", sentencia José Carlos Cutiño, de la Unión de Consumidores de España (UCE) en Andalucía.
Quizá por eso el uso del dinero de plástico en España no ha dejado de crecer desde que se utilizó por primera vez en 1954. En la actualidad circulan en nuestro país 39 millones y medio de tarjetas de crédito y más de 31 millones de tarjetas de débito, según el Banco de España. Su popularidad se debe a las facilidades de acceso y de utilización, a la comodidad que representan, y a la posibilidad que algunas de ellas ofrecen de fraccionar pagos.
Y es que hay que diferenciar entre las tarjetas de pago inmediato, y las que permiten pagar a fin de mes o un abono aplazado.
Generalmente, tu banco o caja de ahorros te ofrecerá una de ellas por el pago de una cuota de emisión, más otra anual de mantenimiento. Pero ¡ojo!, porque para alguien que no lleve un estricto control de sus finanzas personales esta fórmula puede representar un problema, ya que resulta relativamente sencillo gastar más de la cuenta sin percatarse.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan observar dónde bonifican este tipo de tarjetas (si en todos los establecimientos o sólo en el emisor), y si la bonificación es en efectivo o en dinero del propio establecimiento. Y aconsejan tener en cuenta la fecha de caducidad de los descuentos.
Debes tener en cuenta que las condiciones de acceso a una tarjeta de crédito se han endurecido, mientras que las comisiones están incrementándose. Y, de hecho, son las causantes de gran parte de las reclamaciones que se plantean ante las asociaciones de consumidores, nos comentan en OCU y UCE.
Por eso, antes de solicitar o aceptar una tarjeta, recomiendan comparar las condiciones y ventajas que ofrecen en distintas entidades; consultar el importe que te cobrarán por la renovación anual, así como por el uso de los cajeros; informarse sobre el tipo de interés aplicable en los descubiertos y en los excesos de crédito; y conocer los seguros vinculados y el tipo de cobertura y prestaciones de los mismos, tales como robo y copia en cajeros, de responsabilidad limitada, de asistencia en viajes, o de accidentes y de vida.
A la hora de realizar compras o sacar dinero del cajero, aconsejan conservar siempre los justificantes y revisar los saldos de las cuentas. "Si detectas un consumo que no has realizado, notifícalo a tu banco o caja", dice Cutiño.
De cara a prevenir los timos y fraudes, que han proliferado al mismo tiempo que se incrementaba el uso del 'dinero de plástico', lo ideal es:
Y un truco de mi cosecha pero comprobado en reiteradas ocasiones: para entrar en los cajeros automáticos ubicados en el interior de un local, no uses nunca la tarjeta de débito o de crédito. La puerta se abrirá con cualquier tarjeta que lleve banda magnética (la del Vips, la de la Fnac, el carnet del videoclub...), y así evitarás duplicados.
Si pese a tomar estas precauciones, acabas siendo víctima de un robo o 'clonan' tu tarjeta, toma nota de lo que debes hacer. "Lo primero es notificárselo a tu banco o caja", dice la abogada Inés Alonso, de CMS Albiñana y Suárez de Lezo. Recuerda que "desde el momento en que el titular denuncia el robo, la entidad bancaria es la responsable de cualquier disposición que se haya efectuado", explica. Según el Código de Buena Conducta de la Banca Europea, "la responsabilidad es del titular hasta los 150 primeros euros que se puedan estafar". A partir de esta cantidad, el banco es el responsable del dinero que se utilice de forma fraudulenta por cualquier vía (cajero automático, comercios, restaurantes, Internet, móvil...).
De cara al futuro, el Gobierno ha aprobado el proyecto de Ley de Servicios de Pago para adaptar nuestra normativa a las disposiciones de la UE, que servirá para crear un "área única de pagos" (Sepa, por sus siglas en inglés), y permitirá el uso de las tarjetas de débito en cualquier otro país de la Unión. Para conseguirlo, es necesario que las tarjetas que emite la banca española se renueven y pasen a incorporar un chip que guardará los datos del usuario de forma encriptada. Será una nueva generación de tarjetas, denominada EMV (siglas que provienen de Europay, Mastercard y Visa), que deberá estar implantado en la totalidad del parque de tarjetas europeo desde el 1 de enero de 2011, aunque nuestras entidades financieras se están haciendo las remolonas.
Sin embargo, sí están trabajando en mejorar la cobertura del cliente en casos de desempleo, incapacidad temporal u hospitalización, siempre con un coste añadido, por supuesto. Así como también se preocupan de la seguridad. En este sentido, Visa ha creado un nuevo sistema para sus tarjetas —con pantalla y teclado incluidos—, denominado Emue, que actualmente se encuentra en pruebas, aunque se espera esté listo a final de año para que nuestros bancos puedan ofrecérnoslo.
Y si lo tuyo es la solidaridad, también hay tarjetas específicas para ti, que destinan a proyectos humanitarios parte del beneficio obtenido de las comisiones que cobran a los establecimientos por el uso del pago electrónico. Actualmente, estas comisiones "están fijadas en una media del 0,85%", según Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio, aunque "podrían reducirse en breve gracias a la jurisprudencia europea", comenta.
Otras novedades en las que se está trabajando son, por ejemplo, las tarjetas con fragancia, que desprenden olor cuando se paga con ellas.
Sea como fuere, con o sin olor, con teclado o sin él, lo mejor para evitarte problemas financieros en el futuro es actuar "con cabeza". Escoge la modalidad de pago que se adecue más a tus necesidades y a tu capacidad de gasto real, evitando en lo posible el endeudamiento. La ecuación ideal sería: entran 5 euros, gasto 3 y ahorro 2.
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