San Salvador.- La Iglesia católica pidió hoy al presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que libre al país de ideologías que pretendan dividirlo, y celebró que tenga como referente al mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
"Necesitamos despolarizar nuestra sociedad y esto especialmente quiere decir librarnos de ideologías que pretenden dividirnos, por eso vemos con mucha esperanza y felicitamos el haber tomado (el presidente) como referente al señor Luiz Inácio Lula da Silva", declaró el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas.
En una rueda de prensa que concede todos los domingos después de la misa, el prelado se refirió al discurso que Funes pronunció el pasado lunes, cuando fue investido como gobernante, y en el que citó como sus referentes a Lula y al presidente de EE.UU., Barack Obama.
Consultado sobre su propuesta de despolarizar la sociedad salvadoreña, el arzobispo se abstuvo de abundar en detalles, e indicó que se pronunció sobre un "hecho concreto" como fue la alusión que hizo Funes a Lula.
Destacó que el mandatario brasileño ha liderado "un programa de Gobierno de beneficio social", con un "verdadero progreso de los pobres", que le ha permitido ganarse "la aceptación no solo de su país, sino también de América Latina y el mundo".
"Posiblemente en estos momentos sea el presidente más grande del mundo en cuanto a su aceptación, fue un verdadero honor su presencia en nuestro país", añadió Escobar Alas.
Invitó, por otra parte, a "deponer las actitudes negativas" e hizo votos para que la "transición histórica y pacífica" del Gobierno salvadoreño, así como la alternancia en el poder, sirvan "al bien común".
Funes, de la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), es el primer presidente de izquierda en la historia de este país, que en los últimos 20 años estuvo gobernado por la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha).
Escobar Alas apoyó el llamado de Funes a hacer un "esfuerzo de reconciliación nacional" y citó una declaración del ex presidente del Gobierno español Felipe González, quien señaló que "hay que saber pasar página, pero sin perder la memoria", en alusión al conflicto que vivió El Salvador entre 1980 y 1992.
González fue uno de los principales animadores del proceso de paz salvadoreño durante su etapa al frente del Ejecutivo español (1982-1996) y como tal asistió a la firma de los acuerdos de paz, el 12 de enero de 1992, en la fortaleza mexicana de Chapultepec.
Dichos acuerdos pusieron fin a una confrontación entre la entonces guerrilla del FMLN y las Fuerzas Armadas salvadoreñas, que causó 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y 12.000 lisiados.
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